Un cheque de 120 euros por ir en bicicleta a trabajar

F.L.D.
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La empresa Famavi pone en marcha un programa para incentivar el uso de este medio de transporte entre sus empleados para acudir al trabajo. Si acumulan 60 viajes obtienen un premio económico para gastar en ropa deportiva

La idea surgió antes de la pandemia, pero se tuvo que aplazar hasta ahora. - Foto: Valdivielso

Del centro de Burgos al corazón del Polígono de Villalonquéjar hay cerca de nueve kilómetros. Es un recorrido sencillo para ir en bicicleta, prácticamente llano, aunque algo fresco en invierno. Cada vez son más los trabajadores que se atreven a hacer este trazado todas las mañanas, pero ni la infraestructura ni el tiempo ayudan a crear un hábito saludable que, además, contribuye a mejorar la sostenibilidad. Algunas empresas han animado a sus empleados a enfundarse el maillot y el casco, pero ninguna había configurado un programa de incentivos como el que desde hace un mes ha puesto en marcha la compañía de Fabricación de Mallas Vicario (Famavi). Un cheque valorado en 120 euros para gastar en ropa deportiva se ha convertido en un aliciente para la mitad de la plantilla, que se ha apuntado a cambiar el coche por la bici. 

Fueron los propios trabajadores los que promovieron esta iniciativa, llamada ‘Pedaleando’, y la responsable de Recursos Humanos, Cristina Martín, se encargó de materializarla a finales de octubre. «La idea surgió antes incluso de la pandemia junto con otro programa de uso compartido del vehículo que, por razones obvias, se ha tenido que suspender», explica. Cada participante tiene un registro con los viajes que realiza y cuando alcanza los 60 obtiene el bono para comprar en Deportes Manzanedo, que ha colaborado con este programa aportando 20 euros en el vale. 

Para hacer aún más atractivo el reto, confeccionaron botellines y chalecos reflectantes, lo que animó aún más a los empleados. «Actualmente hay 19 inscritos de 41 que son en Famavi. No vienen todos los días y en invierno cuesta un poco más, pero algunos sí que intentan ser constantes», señala Martín. 

En la plantilla se ha creado una especie de grupo paralelo de ‘bicicleteros’. José Luis Salvador, cuya afición al ciclismo le animó a proponer la idea, es quien coordina el registro y trata de espolear al resto de sus compañeros para que se sumen. «Algunos solemos quedar por la mañana para venir juntos. Así se hace más ameno», asegura. El primer día, fabricaron con hierros un aparcamiento que instalaron en la entrada de una de las naves, donde cada vez lucen más vehículos de dos ruedas. Él lo mira orgulloso aunque resta importancia al trabajo. «Andamos con metales todos los días, tampoco nos llevó tanto tiempo», indica. 

Encima del aparcabicis, descansa el listado de viajes diarios. José Luis está a la cabeza, demostrando que es el más aficionado y el más comprometido con la causa. «Reconozco que hay personas a las que las cuesta, porque hace frío y el camino no es el mejor. Yo tengo experiencia y no tengo problema en bajarme a la carretera, pero sin carril bici da respeto porque los coches vienen rápido. Cuando llegas aquí has entrado en calor y estás completamente activo. Para mí es una gozada y durante el confinamiento más porque por lo menos respirabas aire fresco», explica. 

De momento, diariamente solo están pedaleando hasta Famavi unas cuatro o cinco personas. La responsable de recursos humanos espera que a medida que pasen los meses ir al trabajo en bicicleta sea más habitual. «Lo normal es que, a lo largo del año, los que más viajes hagan obtengan dos cheques. Pero pueden incluso llegar a tres», puntualiza Cristina Martín. Desde la Asociación de Empresarios del Polígono de Villalonquéjar ya les han llamado para que expliquen en una conferencia virtual el proyecto en aras de que otras compañías lo implanten.  Y es que, aunque muchas de ellas fomentan el uso de la bicicleta para acudir al trabajo, a ninguna se le había ocurrido incluir un programa de incentivos.