El deporte capea el temporal en plena crisis sanitaria y cruza los dedos para que la pesadilla concluya cuanto antes y los presupuestos cuadren. Pese a lo complicado y lo complejo de la situación, el UBU Bajo Cero ha acabado el año con buena cara y una sonrisa en el rostro. El club burgalés ha derribado otra barrera y por primera vez en su historia estará en las semifinales de la Copa del Rey.

El club gualdinegro vive una realidad plena de contrastes en la que celebra los éxitos deportivos de su primer equipo y muestra su preocupación por las dificultades para cubrir el presupuesto. Así las cosas, Iñaki Sicilia, el presidente de la entidad, se muestra satisfecho y prudente a la vez. «Acabamos el año muy contentos después de haberlo comenzado de forma complicada en todos los ámbitos, con un exceso de gasto y posteriormente el inicio de la pandemia. Hemos acabado con la sensación de bienestar deportivo y buen ambiente» admite.

No esconde que deberán hacer encaje de bolillos para que los números cuadren y sabe que 2021 será un año muy duro en el que deberán llamar a muchas puertas. «Pese a todo somos optimistas y los buenos resultados que está consiguiendo ayudan porque generan expectación», explica.

Los dirigentes del club eran conscientes de que contaban con «una plantilla potente» y sabían que podía hacer un buen papel en la competición liguera, aunque esta campaña todos los equipos han llegado al inicio con «escasas referencias de los oponentes», por lo que no tenían muy claro cuál sería su lugar.

«Todo el mundo nos decía que teníamos un buen equipo que dominaba todos los aspectos colectivos. Siempre hemos tenido esa aspiración de conseguir un puesto en la Copa y esta campaña lo hemos conseguido. Las victorias que logramos ante Ordizia y Alcobendas fueron muy importantes para alcanzar esta meta», explica Sicilia.

El máximo mandatario confía en que el conjunto pueda mantener la línea que ha mostrado en las seis jornadas que se llevan disputadas esta temporada y que pueda regresar a los play off por el título. Entiende que están en la senda correcta, aunque también advierte de que será complicado porque la igualdad en la competición es máxima.

El ámbito económico. La entidad burgalesa trabaja para completar un presupuesto que se ha rebajado en más de 100.000 euros con respecto a la anterior campaña. Las circunstancias no son las mejores, aunque creen que con dedicación y tesón lo sacarán adelante. «Vamos a tener que luchar mucho, pero creo que lo conseguiremos. Lo importante es que estamos todos a una y que buscaremos soluciones», responde.

Las taquillas, que en años anteriores eran una de las fuentes de ingresos han desaparecido y también ha bajado el número de socios, por lo que los directivos buscan alternativas para seguir adelante.