Los talleres de Renfe en Miranda agudizan su crisis

R.C.G.
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La plantilla propia del operador ferroviario llega a las 60 personas, cifra que queda muy lejos de los 500 trabajadores de hace tres décadas. Las bajas por jubilaciones se suplen con contratas y actualmente representan el 33% del total

Los talleres de Renfe en Miranda agudizan su crisis - Foto: Jesús J. Matías

Miranda ha perdido músculo ferroviario en las últimas décadas y el descenso en el número de trenes repercute directamente en la carga de trabajo dentro de los talleres que Renfe mantiene en la ciudad. Las instalaciones, que en las épocas de máxima actividad ocupaban a 500 personas, apenas llegan ahora a los 60 empleados propios entre operarios y el  personal de oficina del operador ferroviario.

La sangría se agudiza porque las jubilaciones se dejan vacantes y la ciudad se ha convertido en un destino de paso para quienes entran nuevos, que una vez adquirida la experiencia necesaria piden el traslado a otras localidades. La escasez de personal motiva a su vez que una parte importante de las tareas se subcontraten a empresas externas.

El futuro no es precisamente esperanzador. "Renfe sigue una clara estrategia de reducir plantilla para justificar la externalización del trabajo. Los talleres son una seña de identidad de la ciudad, pero si esto sigue así acabarán muriendo", afirman desde CGT, sindicato que llama la atención sobre otros problemas derivados de la subcontratación, como la precariedad laboral. Actualmente un 33% de quienes trabajan diariamente en los talleres mirandeses no son ferroviarios, "lo que influye en la calidad de los trabajos, porque sus condiciones laborales no son las ideales, y como tienen contratos temporales, carecen de la formación adecuada", lamentan.

El declive que sufren los talleres ha motivado que en los últimos tiempos desde las administraciones se tomen cartas en el asunto para intentar negociar con Renfe. En la última reunión con representantes municipales el ente público se mostró inflexible ante las demandas y dejó claro que no tiene intención de ampliar, pero garantizaba al menos que se mantendría la carga de trabajo.

Sin embargo, los sindicatos creen que ni siquiera se ha cumplido la promesa de mínimos, porque la reparación de las locomotoras diesel se ha derivado a Cataluña y la localidad madrileña de Vicálvaro. Además, los picos de trabajo en el taller de remolcado se cubren casi siempre con contrataciones temporales, a través de la subcontrata Transitia.

El descenso en la cantidad de trabajo en la ciudad, acompaña al deterioro que se sufre en las instalaciones. La inversión realizada en 2018 permitió subsanar algunas deficiencias pero "en el tejado todavía hay goteras, que supone un riesgo alto porque estamos hablando de que en el taller hay claves y se hacen labores de soldado", aseguran desde CGT.

Tampoco se ha atendido la reivindicación histórica de unificar los dos talleres para dar un impulso a la Base de Mantenimiento o a la posibilidad de ofertar en los institutos de formación de la ciudad un módulo específico para el sector ferroviario, que sirviera como polo de atracción de nuevos trabajadores. "La pérdida de empleo en los talleres no es un hecho aislado sino parte de la estrategia nacional sobre transporte en la que Miranda sigue perdiendo peso. No se fomenta el tren social, los cercanías, se reducen plantillas... todo está enfocado a la Alta Velocidad", sentencian en el sindicato, donde continúan denunciando la degradación del músculo ferroviario en Miranda.