Denuncian al párroco de Quintanar por ayudar a amortajar

I.P.-F.T.
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La Paz elevó una queja al Arzobispado y otra al Ayuntamiento, al que acusa de competencia desleal por ofrecer este servicio

Lo que para muchos vecinos de Quintanar de la Sierra es una tradición que no tiene por qué alterarse si las familias así lo consideran, para las empresas funerarias es una competencia desleal, se entiende que porque han hecho una inversión y tienen que rentabilizarla.

Desde que hace un año instalara en la localidad serrana su tanatorio Funeraria la Paz, se ha duplicado el servicio, ya que se sigue manteniendo una sala velatorio  municipal, instalada en la residencia de ancianos y el traslado al cementerio se realiza con un coche fúnebre de la mancomunidad.  Cada familia, llegado el caso de tener que despedir a sus seres queridos, optan por utilizar este servicio municipal, totalmente gratuito (excepto el ataúd) o el de la empresa privada, según consideren.

Sin embargo, no parece que la convivencia de estos servicios resulte pacífica. Todo lo contrario, ya que desde La Paz han enviado un escrito al Arzobispado denunciando que el párroco amortaja a los muertos sin tener licencia sanitaria y otro al Ayuntamiento, «acusándonos de competencia desleal», manifiesta la alcaldesa, Montserrat Ibáñez, quien recuerda que el servicio «municipal gratuito de la sala velatorio y el traslado al cementerio se presta desde hace muchos años y cuando se instaló esta funeraria, que me imagino haría un estudio de mercado, conocía de la existencia del mismo». 

Municipal y gratuito. Ibáñez, tras reiterar que prestar un servicio municipal «no es hacer una competencia desleal», expresa la voluntad del Ayuntamiento de  continuar ofreciendo los servicios funerarios «gratuitos» y recuerda que la sala velatorio municipal «está autorizada y cumple la normativa que se exige, lo que no ocurría con las instalaciones de esta funeraria en una localidad próxima»

La alcaldesa también recuerda que este servicio municipal comenzó a prestarse «porque nadie lo hacía y era una demanda de los vecinos que recurren a él porque funciona desde hace muchos años», afirma Ibáñez, quien apunta que entiende que la empresa funenaria «ha realizado una inversión, pero el Ayuntamiento no la ha pedido que venga a Quintanar».

Ibáñez también defiende la actuación del párroco «porque su labor es de caridad y dulzura, de estar junto a las familias en esos momentos de dolor y si se lo piden ayuda a amortajar a los muertos, como lo viene haciendo desde hace años de forma altruista». La defensa de la actuación del párroco se llevó ayer a la sesión plenaria que celebró la Corporación municipal de Quintanar, que expresó su total apoyo a este sacerdote que lleva  más de diez años ejerciendo en la localidad, «y está plenamente integrado en el pueblo», afirma Ibáñez.

El párroco, que no quiere entrar en polémicas, declinó hacer declaraciones sobre este asunto, pero sí las hizo el vicario general de la Diócesis, Fernando García Cadiñanos, quien manifiesta que desde el Arzobispado «consideramos que no hay ninguna ilegalidad en el comportamiento del párroco y el servicio que presta en ocasiones lo hace sin recibir ninguna contrapestación económica y porque las familias acuden a él, como lo hacían antes de que llegara la funeraria a Quintanar y como se ha hecho durante toda la vida en los pueblos».

 

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