La espada derriba a la cruz

P.C.P.
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Hispania Nostra incluye el torreón de los Gallo (Arcos de la Llana) en una Lista Roja donde Burgos asciende de nuevo a los 40 monumentos en riesgo. Cada vez hay más fortificaciones y castillos y menos iglesias

Lo que queda del torreón de los Gallo, construido en el siglo XV. Foto: Jesús J. Matí­as

Burgos vuelve a superar la barrera de los 40 monumentos incluidos en la Lista Roja de Hispania Nostra por encontrarse en grave riesgo de derrumbe o desaparición total, con la inclusión del torreón de los Gallo, situado en Arcos de la Llana. Cada vez más construcciones defensivas de laEdad Media figuran en esta relación, mientras que la mayoría de los edificios que logran abandonarla -que siguen siendo muy pocos- están vinculados al patrimonio religioso.

En todo 2020 solo 4 hitos burgaleses se sumaron a este listado.Tres eran iglesias, una con palacio incluido, y el cuarto un monasterio, el de Fresdelval. En lo que va de año ya se han registrado 7 nuevas entradas, con empate entre el patrimonio religioso y el militar. Por un lado están la Ermita de Nuestra Señora de Domo David, enRebolledillo de la Orden, la Capilla delSagrario de Briviesca y la Iglesia de San Julián de Ovilla (Valle de Mena). Por otro, los Castillos de Lara y Montealegre y el Torreón de los Gallo.El séptimo en discordia pertenece al ámbito civil, el penal de Valdenoceda. 

Esta sangría de torres, fortalezas y murallas en riesgo de desaparición resulta muy compleja de atajar. Tal y como apunta en primer lugar Isaac Rilova, presidente de la Delegación en Burgos de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, el primer problema radica en identificar la propiedad. «Más de un 50% de los castillos no se sabe ni de quién son», lo que dificulta cualquier intervención que se plantee realizar por ejemplo un ayuntamiento. Cita por ejemplo el caso de Sasamón, que tuvo que iniciar el proceso para inscribir la puerta de la muralla como bien municipal antes de poder intervenir para restaurarla.

En segundo lugar cita su deterioro extremo. «Yo recuerdo que del castillo de Lara antes quedaba una pared, pero ahora ya no hay nada», apunta Rilova, por lo que su rehabilitación para destinarlo a usos turísticos u hoteleros queda descartada. Además,«tener un castillo es una ruina», ironiza Rilova, en referencia a los costes de mantenimiento de una construcción medieval.De ahí que siempre haya alguno en venta y que cueste encontrar comprador. Por ejemplo el de Sotopalacios lleva años a la espera de uno y tampoco le está siendo fácil a la Fundación Caja de Burgos enajenar el torreón de Olmosalbos.

EXPOLIADO. Bien de Interés Cultural por el Decreto de 22 de abril de 1949 sobre protección de los Castillos Españoles, el torreón de los Gallo no ha escapado al expolio sistemático. «Piezas del antiguo pozo, el escudo de la familia Gallo y los marcos de los grandes ventanales», según se detalla en la ficha de Hispania Nostra, que pese al «pésimo estado de conservación» lo define como «un gran ejemplo de casa señorial en el mundo rural», construido aproximadamente a mediados del siglo XV, con una gran torre de al menos cuatro pisos. «Actualmente, carece de techumbre» y «los muros norte y sur han quedado reducidos en comparación con los muros este y oeste de esta estructura, donde todavía se perciben bien algunos de los pequeños vanos renacentistas», añade. Está en manos privadas, recalca.

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