El tráfico diario de Aranda aumenta en 7.000 vehículos

Adrián del Campo
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La capital acumula más de la mitad de la circulación de toda la comarca. Fuera de la ciudad, la A-1, en su tramo a Madrid, pierde viajeros mientras la Nacional 122 sigue elevando su número de conductores

La calle San Francisco es una de las que mayor circulación acumulan en Aranda. Foto: DB

Aranda de Duero tira de la comarca en muchos sectores. En el industrial, acumula la mayoría de empresas; en el demográfico, la ciudad y los municipios más cercanos mantienen población mientras el resto de localidades pierde vecinos, y lo mismo ocurre con el tráfico. Reflejo de la salud de cada zona, si hay actividad económica hay camiones y coches, los de los trabajadores que cada día tienen que acudir a su empleo. De esta forma, la capital de la Ribera acumula más de la mitad de los conductores que cada día pasan por la comarca. Y la tendencia tiende a potenciarse. Entre 2016 y 2017 (último año del que hay datos), el tráfico diario en las entradas y salidas a Aranda de Duero aumentó en casi 7.000 vehículos (6.941, concretamente). 

El incremento del volumen de automóviles que cada jornada acceden y abandonan la capital ribereña dificulta la movilidad, sobre todo en horas puntas, entre las que destaca la de dejar la oficina para salir a comer o ir a recoger a los niños al colegio, cuando es fácil encontrar largas colas en el centro de la ciudad. Esas escenas cotidianas son un reflejo de los datos aportados por los mapas del tráfico elaborados por el Ministerio de Fomento. La publicación recoge una intensidad media diaria (IMD) de 54.506 vehículos por día en los accesos a Aranda, porque no analiza el interior de las ciudades.

Si en las entradas a la capital el tránsito motorizado aumentó considerablemente, en el resto de la comarca lo hizo levemente. Frente a los 6.941 conductores diarios que ganó Aranda en 2017, el resto de la Ribera solamente sumó 314 más que en 2016. En las carreteras interurbanas del sur de la provincia circularon 39.247 automóviles diarios en 2017, muy por debajo de los 54.506 que cada jornada entraron y salieron de Aranda.

El desglose de los datos ministeriales por carreteras deja diferentes evoluciones. La autovía A-1, una de las principales calzadas de la comarca, perdió volumen de tráfico en 2017 frente a las cifras de 2016. Exactamente fueron 1.041 vehículos menos lo que transitaron por dicha calzada cada día, centrándose el descenso en tramo que baja hacia Madrid. Por el contrario, la Nacional-122, el trazado más polémico de la Ribera por el elevado número de accidentes que sufre, siguió incrementado su intensidad media en 314 conductores más al día. La elevada cantidad de vehículos, sobre todo camiones, que utilizan esta vía refuerza una de las demandas más importantes de la comarca: la construcción de la A-11 que conectaría los municipios del Duero.

En Aranda todas las carreteras de acceso ganan vehículos y aquí los números se invierten, la A-1, a su paso por la ciudad, incrementó su tráfico en 2.334 vehículos diarios en 2017, consecuencia de las veces que se utiliza para evitar cruzar el centro de Aranda. Algo similar le sucede a la N-122, que a la altura de la capital ribereña sumó 1.679 automóviles diarios más en 2017. En el mismo periodo, el tramo de la A-11 ganó 307 conductores.

En términos globales, incluyendo vías de Aranda y la comarca, el tráfico se elevó considerablemente en la Ribera durante 2017. Los últimos datos sitúan en 93.753 los vehículos que cada día circulan por estas carreteras. La cifra supera con mucho los 82.108 registrados en 2016 e incluso se eleva por encima de los datos de 2011, cuando 89.053 conductores pasaban por la comarca. Así, el tráfico en la Ribera se ha recuperado después del bajón que provocó la crisis económica, cuando según los transportistas el volumen de desplazamientos descendió mucho.

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