Murales que se salen

ALMUDENA SANZ
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La plataforma Street Art Cities sitúa entre las 100 mejores del mundo las intervenciones del italiano Peeta en el edificio de Geotelecom de la A-1 y la del burgalés Christian Sasa para el local de Los bizcochos de Carol en el G-3

Christian Sasa se pone dulce en la pintura realizada para Los bizcochos de Carol, en Victoria Balfé, 35. Foto: Luis López Araico

De un tiempo a esta parte, las paredes se contonean como el mejor de los lienzos. Burgos presume de impresionantes obras. Y subiendo. La plataforma digital de arte callejero Street Art Cities, una de las comunidades con más seguidores a nivel internacional, acaba de lanzar su selección de los cien mejores murales de todo el mundo. Dos aparecen ubicados a orillas del Arlanzón: Anillos, intervención del artista italiano Peeta (Manuel Di Rita) en la sede de la empresa Geotelecom, en el Monte de la Abadesa, y Dulces, alegría y felicidad, del burgalés Christian Sasa, en una de las fachadas de Los bizcochos de Carol del G-3 (Victoria Balfé, 35). La votación para elegir al número uno está abierta durante los próximos 20 días. 

Tanto Sasa como Estela Rojo, de StARTer Proyectos Culturales, colectivo que comisaría el trabajo de Peeta, valoran la inclusión en una clasificación lanzada desde una de las comunidades más numerosas de arte mural. «Me ha sorprendido mucho. No me lo esperaba, por lo menos no con ese mural, porque tengo otros más llamativos. Estoy muy orgulloso, muy contento», expresa el creador burgalés consciente de que se abre una ventana interesante: «Es una manera de darte a conocer y un apoyo»

Lo saben bien en STARter Proyectos Culturales. El año pasado, All City Canvas, otra plataforma internacional, nominó el mural de Monkey Bird en Fernán González, también comisariado por este colectivo que conduce junto a Regue Fernández Mateos (su próximo encargo los llevará a finales de mes a Calahorra). «Estamos muy contentos», ilustra Rojo, que, en el momento de saborear esta medalla, recuerda el largo recorrido que conlleva una propuesta de este tipo, con una encuesta entre los trabajadores para palpar sus preferencias, la necesidad de cerrar el calendario con un año de antelación con el autor, al tratarse de un referente de esta disciplina con una agenda de infarto, la intervención de los 650 metros cuadrados en dos fases...

«No deja de ser un reconocimiento. Más allá de que sea el mejor o no, te reafirma en que tiene un interés», observa y, aunque siempre había abominado de las clasificaciones, y aún lo sigue haciendo, reconoce su empujón. «Nunca hemos estado muy a favor de las competiciones. Cada artista es único. Pero es cierto que te dan visibilidad y un impulso brutal. No puedes ir contra el sistema (ríe). Nos parece interesante porque te permite posicionar un proyecto a nivel internacional, moviliza a mucha gente e impulsa a los artistas jóvenes», analiza al tiempo que subraya que más allá de estas claves no hay que volverse locos. 

Conviene en esta apreciación Sasa, sin dejar de remarcar el orgullo de colarse en esta suerte de Olimpo. «Las listas son algo muy relativo. No se puede decir que haya algo mejor o peor. Hay otros muchos murales muy buenos que ni siquiera están ahí», destaca el burgalés, que empezó a los 15 años (ahora tiene 33) y ha firmado trabajos en distintas ciudades, incluida la suya. Los más recientes en la capital son los del Callejón de las Brujas, el Centro de Salud de Santa Clara o el retrato de Antonio José y Olmeda en San Pedro y San Felices. También se puede seguir el paso de su pincelada figurativa realista en la provincia, con murales en Tardajos, Rabé de las Calzadas, Castrojeriz, Villaveta, Castrillo del Val o Jaramillo de la Fuente. En primavera llegará evocador a Tapia. 

El trabajo del italiano Peeta, dentro de su serie ‘Anillos’, envuelve todo un edificio e impresiona desde la carretera. - Foto: Luis López Araico
ARCHIVADO EN: Arte, Burgos
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