Reencuentro con sus "héroes"

SPC
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Redji Claude, el niño haitiano salvado sano y salvo por los bomberos de Castilla y León en el terremoto de Haití en 2010, visita la Comunidad una década después de renacer

Redji Claude, el niño haitiano salvado sano y salvo por los bomberos de Castilla y León en el terremoto de Haití en 2010 visita la Comunidad una década después de renacer. Foto: Eduardo Margareto (Ical)

Son mis héroes. Mi madre es enfermera y yo quiero ser doctor para ayudar a la gente, como Óscar hizo conmigo». El niño haitiano Redji Claude, hoy con 12 años, sólo tenía dos cuando se salvó del terremoto que en enero de 2010 asoló su país. El destino, el esfuerzo y estar en el momento adecuado y en el lugar oportuno contribuyeron a que su vida se cruzara eternamente con la de uno de los bomberos del Gebocyl, Óscar Vega, que gracias a la solidaridad de todo un pueblo, representado en el cuerpo desplazado para acometer tareas de rescate, puso en el mapa mundial los valores de una tierra, de Castilla y León. Una imagen que quedó grabada en la retina de los dos protagonistas y dio la vuelta al mundo, pues se realizó tras pasar 52 horas entre los escombros.
Ahora reside en Maryland, en Estados Unidos. Lo hace desde 2012. Su madre, Daphnee, admite que al niño no le ha dado tiempo a constatar las diferencias entre su país de origen y el norteamericano. «¿Qué tal vas en los estudios? «Soy el mejor», exclama irónicamente, en una breve conversación en inglés en el Edificio Promecal con Ical, donde acudió de visita tras ser protagonista de la gala del X aniversario de RTVCyL, en uno de los momentos más especiales de la noche donde, por sorpresa, el grupo de bomberos de Castilla y León recibió entre un gran abrazo al joven caribeño.
A pesar de su edad, quizás los momentos duros de su vida le han agilizado la llegada de su madurez, al menos en pensamiento. Lo demuestra tras admitir que se siente bien al «llegar a España», pero que entiende que hay gente «que tiene otras necesidades». Redji repite, en su afán de agradecimiento, que el equipo de bomberos de esta Comunidad que acudió a Haití en enero de 2010 son unos héroes. Más bien: «Son mis héroes». Y este viaje que le traer estos días a Castilla y León, señala, le ha servido para «repasar todas las cosas que le ayudaron».
Entre ellas, Turco, uno de los perros de rescate adiestrados por el Gebocyl que viajó junto a su compañero Dopy, un golden retriever, y siete profesionales del Grupo de Especialistas Bomberos de Castilla y León. De ello dio buena muestra la cineasta austriaca afincada en Simancas, Natalie J. Halla, que presentó su segundo documental, ‘Y también Gaelle’, rodado en Haití un año después del terremoto.
Un lazo desde aquel enero.

La historia de Redji y de los bomberos del Gebocyl se unió, sin ellos saberlo, mucho antes del momento clave. Hacia las dos de la tarde del 14 de enero, casi dos días después de la catástrofe, el equipo de rescate llegó a Puerto Príncipe, procedente de Santo Domingo. Se alojaron en el aeropuerto, en un improvisado campamento instalado muy cerca de las pistas de aterrizaje. Al salir a las calles, el impacto inicial dio paso al horror en una ciudad sumida en el caos más absoluto.
En ese momento comienzan los trabajos de rescate, duras e intensas horas de búsqueda que dan como resultado la mejor recompensa que los rescatadores castellanos y leoneses podían recibir: rescatar de entre los escombros a Redji, en un trabajo conjunto con efectivos de la Comunidad de Madrid y agentes de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. La operación se prolongó durante dos horas y media porque el edificio se encontraba muy dañado y existía poco espacio para moverse.
El avance se vio dificultado además por la presencia de cadáveres, incluido el del abuelo del pequeño, a quien éste permanecía aferrado. Tras ser liberado, Redji se agarró fuertemente al hombro de su salvador, imagen que dio la vuelta al mundo y que hoy la agencia Ical entregó a la familia como recuerdo de un suceso que, para el niño, tuvo un final feliz. Confundido y asustado, en aquel momento esbozó una tímida sonrisa cuando se reencontró con sus padres.

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