'Oración en el huerto' muda en una obra para 12 cuerdas

I.L.H.
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El director de orquesta mirandés Asier Puga y el compositor vasco Iñaki Estrada estrenan el 6 de marzo la obra sobre el poemario con el que Juan Gallego Benot ganó el Premio Tino Barriuso hace un año

Juan Gallego Benot durante una de las pocas lecturas que ha podido hacer del poemario, dadas las circunstancias. Foto: José Álvarez

Hace un año el Premio Tino Barriuso otorgaba el galardón al poemario Oración en el huerto, de Juan Gallego Benot. Sin acto de entrega, sin ventas en las librerías durante los primeros meses por el confinamiento y sin posibilidad de realizar apenas presentaciones, el libro concentró su difusión en las redes. Y desde ahí llamó la atención del director de orquesta mirandés Asier Puga. «Me gustaba la idea de hacer algo con esos versos y la música de Iñaki Estrada. Ambos hemos compartido proyectos parecidos poniendo música contemporánea a Gargantúa, de Rabelais, o El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad. Y el poemario de Gallego Benot tiene una cualidad que encaja muy bien para musicarlo, pero no como una banda sonora que acompaña sus textos, sino como una relación al mismo nivel entre música y poemas. Su poesía tiene una expresividad muy particular y es muy abierta, algo que le va muy bien al entorno musical».

Tras la invitación a la música, y todavía con la sorpresa en el cuerpo, Gallego Benot seleccionó cuatro poemas del libro (1, 2, 7 y 29) que compartían una línea común: «Todos tienen que ver con la idea de la falta, la ausencia de otra persona o de otra cosa que completa tu sentido», señala el poeta.

Un año después la pieza Oración en el huerto para doce cuerdas está lista para su estreno -si la pandemia lo permite- el 6 de marzo, en el Teatro Apolo de Miranda, a cargo de la Orquesta de Cámara Gregorio Solabarrieta y bajo la dirección de Asier Puga. «Sé que me va a gustar -asegura Gallego Benot, que no ha oído ni una nota-. He escuchado otras composiciones de Estrada y me entusiasman, así que por ese lado no tengo dudas. Pero estoy nervioso por lo que me pueda hacer sentir, y a la vez muy contento».

Música luminosa. La obra de 15 minutos forma parte del concierto con el que la orquesta mirandesa abre la temporada. En la pieza no hay ninguna voz que recite o cante los versos, sino que estos se proyectan mientras suena la composición sin imposturas. Para Puga la «música de Iñaki queda tamizada por el texto de Juan, resulta más suave, cubre muy bien la atmósfera y el lirismo que siempre tienen sus partituras está ahora más acentuado por la poesía».

En realidad es «un reflejo de la poesía, pero no en un sentido literario». Es lo que el poemario le sugiere y que Estrada traslada a una partitura con varios elementos: por un lado «el silencio coloreado del principio en el que van pasando cosas pequeñitas y luego más grandes» y por otro la parte armónica «con el tiempo suspendido en un final reflexivo que concluye con un acorde muy luminoso». Entre medias sonarán las notas más explosivas e intensas del compositor vasco.

Una obra contemporánea no se termina hasta que se ensaya y se estrena porque las sonoridades de la partitura deben encajar en las cuerdas. Los violines, violas, chelos y contrabajos se transformarán a lo largo del concierto, ya que la orquesta de cámara empezará tocando el Andante festivo, de Sibelius, y concluirá tras el estreno de Oración en el huerto con el Amor brujo, de Falla, con el bailarín Fernando López como solista: «Nos interesa que el público vea cómo nos modulamos según las necesidades». En un mes se escuchará esa mutación.

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