11 colegios están a menos de 500 metros de un local de juego

L.M.
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La norma regional marca que la distancia entre un centro educativo y un negocio debe de ser de, al menos, 100 metros lineales. Las asociaciones reclaman que se multiplique por 5 el perímetro mínimo

Todos los salones de juego, bingos y casas de apuestas tienen prohibida la entrada a menores de 18 años. Foto: Alberto Rodrigo

El reglamento elaborado por la Junta de Castilla y León, y que data del año 2005, lo deja muy claro. ‘En ningún caso se autorizará la instalación de salones a menor distancia de 100 metros de los accesos normales de entrada o salida a centros de educación preescolar, centros que impartan enseñanzas escolares y centros de enseñanza universitaria’.Ninguno de los dos bingos, tres salones de juego o quince casas de apuestas que se localizan en la capital incumple esta normativa, si bien varios de ellos se encuentran en las inmediaciones de hasta once colegios, en una distancia mínima de 500 metros a la redonda. La normativa especifica que para calcular la longitud que debe haber entre un negocio de este tipo y un centro educativo, tomando como punto de partida y llegada la puerta de acceso a los mismos, a de medirse ‘siguiendo el vial más corto que utilicen los peatones y que tenga la consideración legal de dominio público’, una imposición que desde la Asociación Burgalesa de Rehabilitación del Juego Patológico (ABAJ) rechazan de manera categórica.

Plantea la organización burgalesa que, siguiendo la fórmula de medición lineal de la distancia, esta se multiplique por cinco hasta los 500 metros en cualquier dirección, por lo que saldría del área de influencia de esos once colegios afectados a día de hoy. Ponen como ejemplo el caso de un establecimiento de juego situado en la calle Ana Lopidana, en las inmediaciones de un colegio. «Realmente está a 80 metros deLa Salle, pero cumple con las condiciones (más de 100 metros) al tener que completar el recorrido por la acera, cruzando pasos de peatones... así se cubren las distancias, pero si no de ninguna de las maneras», lamenta AntonioCalzada, presidente.

Además, desde la asociación burgalesa van un paso más adelante y reclaman extender el ‘coto’ no solo a los centros educativos, sino ampliarlo a espacios culturales como bibliotecas y centros cívicos, así como en lugares de ocio para jóvenes o residencias universitarias. «En la última casa de apuestas que han abierto, en la calle Caja de Ahorros Municipal, hay un alojamiento (residencia SanAgustín)para jóvenes estudiantes enfrente», denuncia Calzada. También proponen dar una vuelta de tuerca a la distancia mínima entre dos negocios de apuestas, azar; en la actualidad, la regulación autonómica fija en 300 los metros de separación entre dos, mientras que Calzada aboga por ampliarla hasta los 1.000 metros lineales.

Todas estas cuestiones fueron registradas ayer como una Proposición de Ley a través de los procuradores delPSOEen las Cortes. La iniciativa persigue modificar la Ley del Juego de la comunidad con el objetivo de incrementar los controles, aumentar las restricciones y establecer un tipo impositivo adicional del 2%.El portavoz de los socialistas,LuisTudanca, se reunió por la mañana con representantes de la Federación de Jugadores Rehabilitados, dentro de la que se engloba la asociación burgalesa, que exige también una moratoria de hasta cuatro años para la aprobación de nuevas licencias en el territorio regional.

Volviendo al ámbito de la asociación burgalesa, Antonio Calzada alerta de las graves consecuencias si no se actúa para detener la proliferación de estos negocios en las calles. «Hay que endurecer toda la normativa que existe, limitar publicidad y evitar tropezarse por la acera con los carteles en la puerta de las casas de apuesta», reclama el presidente, que pide a los políticos «que dejen de ver como prioridad el dinero (la Junta recaudó el año pasado 84 millones de euros en impuestos directos del juego) y piensen en el problema real de salud que tenemos», concluye.

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