Jesús de la Gándara

La columnita

Jesús de la Gándara


Poemicina

28/03/2022

El pasado 21 fue el día mundial de la poesía. Pasó sin pena ni gloria. Son malos tiempos para la lírica. El mundo está demasiado prosaico. La incertidumbre del Covid no encaja con la serenidad de la poesía. La intensidad de la sangre no concuerda con la levedad del poema. Poeta significa el que hace algo con nada, el hacedor, creador de belleza y bondad. Me pregunto qué pasaría si Putin leyera un poema cada día. Puede que…

El día 22 fue el día mundial del agua. Este año está dedicado a las aguas subterráneas, las que nos salvarán cuando las aguas superficiales estén contaminadas, intoxicadas de pólvora y petróleo. La amenaza más grave del cambio climático es la destrucción de la hidrosfera. La Tierra es hija del agua. El agua es la gran hacedora de vida. Y nosotros agua somos. Me pregunto qué pasaría si Putin bebiera más agua y menos agüita, que es, exactamente, lo que significa vodka. Puede que…
Los grandes poetas son seres acuáticos. Que saben juntar nada con nada para crear algo. Como el agua y la tierra en primavera. Algo bueno, como los brotes verdes que nacen con las lluvias de abril y el sol de mayo. Poesía, agua, primavera, es la gran semana de la vida. Y sin embargo…

Sin embargo, la gobernanza del mundo sigue en manos de personas que no leen poesía, que beben vodka y no aprecian la primavera. Me pregunto qué pasaría si Putin saliera a su jardín a regarlo con agua, y se sentara a ver crecer la hierba, y leyera un poema, pongamos que de Taras Shevchenko, el poeta más importante de Ucrania, que antes de morir en San Petersburgo, Rusia, escribió su testamento poético, que resumo: Cuándo muera enterradme en mi adorada Ucrania. / Así podré ver el Dnieper, / podré oír como braman sus aguas, / y cuando el río arrastre hasta la mar azul tanta sangre, / y ya en familia libre y nueva, / recordadme con una palabra buena.

Como no tengo otra cosa para ayudar en estos trances tan malignos a tantas personas inocentes, como Gaguik, Ara y Gaya, o Liubov, Katherine e Ivan, dejadme que les recete una dosis de poemicina para aliviar sus angustias, que he sintetizado con palabras de grandes poetas españoles: Pido la Paz y la palabra / para gritar que la poesía es un arma cargada de futuro / agua de primavera para un mundo nuevo / en el que los ruiseñores cantarán / encima de los fusiles y en medio de las batallas