Fernando Trespaderne

Erre que erre

Fernando Trespaderne


A vueltas con las mascarillas

14/07/2020

Como lo del sentido común parece que no cala en una sociedad tan anárquica como la nuestra, lo que se impone es el ordeno y mando, aunque hasta ahora tampoco ha servido de mucho porque las órdenes de hoy no se aplican mañana. El uso, o no, de la mascarilla ha pasado de no ser obligatorio ni recomendable, a ser obligatoria siempre que no se pueda guardar la distancia mínima y en lugares cerrados, una norma que por lo que estamos viendo muy pocos cumplen en las ciudades y tampoco en los pueblos, donde la respuesta siempre es la misma ‘aquí guardamos las distancias’, pero no todos porque los jóvenes llevan muy mal eso de las imposiciones y todavía no es una cuestión de moda ponerse este complemento, lo será cuando algún influencer les haga cambiar de idea y lo asuman para estar a la última en moda. 

Son ya varias las comunidades autónomas que han impuesto su uso obligatorio, pero de qué sirve hacerlo en unas sí y en otras no con el trasiego de gente que se genera durante el verano, y lo que es más preocupante, sin ningún tipo de vigilancia y control para evitar concentraciones masivas de todo tipo. Sin estado de alarma cada comunidad dicta sus propias normas, pero sin renunciar al marchamo ‘libre de covid’ con el fin de atraer al turismo salvador para sus maltrechas economías. La economía por encima de la salud... hasta que el rebrote se les va de las manos y tienen que recurrir al confinamiento, como pretende el presidente catalán que tanto criticó en su día el estado de alarma. 

El debate de la mascarilla, que comenzó mal porque no había para todos, seguirá por mal camino hasta que alguien con sentido común la haga de uso obligatorio, no solo recomendable, en todos los lugares.