Rafael Monje

DE SIETE EN SIETE

Rafael Monje

Periodista


Furor demócrata

11/11/2020

La mayor capacidad del dúo Joe Biden y Kamala Harris ha sido aunar la voluntad de millones de electores frente a un adversario común, Donal Trump, quien ha creído desde que ganó en 2016 que todo el monte era orégano y que su aura de majadero populista le iba a catapultar de nuevo a la Presidencia. Sinceramente, no se equivocaba mucho en esas predicciones electorales ante un candidato demócrata que, recordemos, era el menos malo de los cuatro que optaron por el partido demócrata. Esa selección por descarte lanzó a Biden a encabezar la candidatura antes incluso de que saltara la maldita pandemia, que ha sido a la postre la puntilla para Trump. Y así ha sido porque, más allá de la gestión de la crisis sanitaria (nefasta como en muchos otros países), su burlona y persistente negación del virus cuando han fallecido por esta causa 240.000 compatriotas suyos es, verdaderamente, para hacérselo mirar previo paso por la consulta de un regimiento de psiquiatras. Ni siquiera, que se sepa, ha enviado un solo pésame a las familias de los muertos. Lo que ha acabado por rebosar el vaso de la paciencia de un país que, casi con toda probabilidad, le hubiera renovado en el cargo otros cuatro años.

De vuelta al entorno geopolítico mundial, habrá que esperar a vislumbrar las consecuencias pragmáticas de la elección de Biden y Harris al frente de la administración norteamericana en cuestiones como el cambio climático, la migración y, más en clave española, la relación comercial, principalmente de los productos agroalimentarios. Y las cosas irán más despacio de lo que algunos ya piensan por estos lares. Cierto es que, por ejemplo, en España se ha producido un inopinado furor por los cambios que llevarán el sello del presidente electo que, traducido en términos ideológicos a nuestro país, sería más bien del partido Ciudadanos. Pero aquí, ansiosos quizá por las buenas noticias, también nos tiramos pronto al monte y cuando hemos escuchado decir a Biden que “gobernará para todos”, muchos han debido pensar que ese “todos” también se refería a ellos. Pero no, cada uno en su linde, ya verán.