Aurelio Medel

Hecho a mano

Aurelio Medel


‘Aitocracia’

25/03/2023

La próxima semana, Pedro Sánchez va de visita oficial a Pekín para reunirse con Xi Jinping. Es un encuentro que tiene tanta relevancia como riesgos. Por primera vez en la edad contemporánea, China tiene posibilidades reales de convertirse en la potencia hegemónica del mundo, desplazando a Estados Unidos. De ahí el enfrentamiento continuo entre estas dos potencias.

La estrategia de China ha dado un salto enorme recientemente, pasando de ser la fábrica del mundo, sin respetar patentes, a apostar ingentes recursos a la innovación. Esta inversión va especialmente dirigida a inteligencia artificial, computación cuántica y biotecnología. Esta apuesta le permitiría matar dos pájaros de un tiro: dominar las tecnologías que van a determinar la cuarta revolución industrial y controlar a la ciudadanía. La utilización de la Artificial Intelligence (AI) por países autócratas llevó a cuatro profesores americanos del MIT y Harvard a definir a China como una AItocracy, concepto que mezcla tecnología y forma de gobierno para crear una aitocracia.

Estados Unidos lo sabe y por eso bloquea a Huawei o hace ir al CEO de Tik Tok al Congreso a dar explicaciones, por ejemplo. Demócratas y republicanos han llegado a la conclusión de que tienen que frenar a China antes de que acabe esta década. Si lo logran habrán conjurado por mucho tiempo el riesgo de perder el mando mundial, ya que después la demografía se encargará de meter en crisis a la potencia asiática, consideran los expertos.

China perdió 850.000 habitantes en 2022, hasta 1.412 millones. Es la primera caída de población en seis décadas y permitirá a India convertirse este mismo año en el país más poblado del mundo. El fuerte descenso de la natalidad ha hecho que la ONU cambie las previsiones y ahora proyecta una China con 1.300 millones en 2050 y menos de 800 millones en 2100. Habrá muchos menos chinos y más mayores. Se habrán europeizado. 

En este contexto encaja la posición de China en la guerra de Ucrania, donde juega a apoyar a Rusia y también a mediador. Todo con tal de debilitar a Estados Unidos. Por eso, Pedro Sánchez tendrá que olvidar las batallitas infantiles con Abascal & Tamames y estar muy atento a las trampas de Xi Jinping. Se puede volver con la implantación de una fábrica china de chips, cabrear a Joe Biden y que el autócrata de Marruecos rompa la valla. Así está el mundo de interconectado.