Belén Delgado

Plaza Mayor

Belén Delgado


La empanada de las redes

15/03/2021

Se llama Marieke Lucas Rijneveld y es el nuevo fenómeno de la literatura mundial. No solo porque es la ganadora más joven del Booker Prize con su primera novela La inquietud de la noche. Reúne varias características más para ser diferente. Aún no ha cumplido 30 años y vive lejos del mundanal ruido cuidando vacas en una granja de Holanda. Es rubia nórdica pero tiene un aspecto asexuado y tiene declarado que «no soy ni hombre ni mujer». Parece cultivar una indolencia esquiva a lo J. D. Salinger, autor del bestseller El guardián en el centeno, que marcó a una generación de lectores, y se ocultó en una granja para no volver a sacar la cabeza.
Marieke tiene un aire extraterrestre. Más allá del tópico millenial. Pero estos días está descubriendo que donde están los alienígenas es en ese mundo exterior del que tanto recela. La chica fue elegida para traducir al holandés el poemario del que la poetisa negra Amanda Gorman sacó el texto que leyó en la toma de posesión de Joe Biden y que tanta admiración ha provocado. Es el país que lucha por los derechos de las minorías raciales, el mismo que celebra estos días los prolegómenos del juicio por la muerte de George Floyd asfixiado por la rodilla de un policía («no puedo respirar»), el de Black Lives Matter, el que se enorgullece de tener en Kamala Harris a su primera mujer vicepresidenta y, además, negra.
La visibilidad que le dio la toma de posesión a Gorman la ha convertido en mercancía cultural de primer orden. Todo los editores quiere traducirla a sus idiomas. Le llegó el turno al holandés y la editorial pensó que otra autora joven como Marieke era la más adecuada para hacerla. Pero en las redes sociales alguien se fijó en su piel lechosa, blanca como el líquido que saca de las ubres de sus vacas en la planicie neerlandesa. Con esa facilidad de llenarlo todo de barro y de convertir un argumento absurdo en ‘trending topic’, en las redes empezaron a cuestionar la capacidad de una mujer blanca para entender la esencia de lo que quieren expresar los textos de una afroamericana. Al final, impactada por el rechazo, Marieke ha tirado la toalla.
Ahora buscan nuevos candidatos. Se supone que, además de conocer bien el idioma, a partir de ahora exigirán garantías del color de la piel. Eso de lo políticamente correcto está llegando a unos límites tan ridículos que las barreras inalámbricas de la ‘telaraña mundial’ van a ser más profundas que los muros de hormigón.