Esther Alonso

Ser o Tener

Esther Alonso


Toros, lobos o conejos

02/06/2021

Hay que reconocer el talento del gaditano Manolo Prieto en su campaña para las bodegas Osborne, hace más de medio siglo, para que su obra trascendiera los límites publicitarios y se convirtiera en el emblema nacional por excelencia. La silueta del toro de lidia indultada frente a la normativa de 1987 que prohibía las vallas publicitarias, continúa desgastada por la lluvia y el sol de decenas de abriles, dejando atrás la figura de su creador y la de su marca para demostrar la fuerza de los símbolos más allá del origen que los motivó.
No obstante, junto al tótem del toro, España posee otro bien distinto al que la labor divulgativa del naturalista burgalés Félix Rodríguez de la Fuente fue capaz de poner en el sitio que le correspondía: el lobo ibérico. De hecho, tan potente fue su influencia que creo ser solo una entre millones a quienes cuando escucha los compases de la melodía del Hombre y la Tierra, las orejas se le estiran como las del canis lupus, cuando en aquellos documentales, intuía la presencia de una presa. 
Con unos 2.000 ejemplares de la especie en todo el territorio nacional, la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y Biodiversidad acordaba el pasado mes de febrero incluir al lobo ibérico en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Este paso confirma la importancia clave del lobo en el ecosistema ibérico y hace justicia, con la prohibición de su caza al norte del Duero, a una lucha que también ha logrado trascender la muerte del pozano Rodríguez de la Fuente, y que quizá no habría llegado tan tarde si no hubiera sucedido el fatal accidente que acabó con su vida en 1980.
Además de la riqueza cultural y natural que nos procura la protección de esta especie, el lobo supone para Castilla y León un valioso reclamo turístico que las Administraciones deben lograr aprovechar, en un momento en el que el naturalismo está en la cresta de la ola, gracias a la sensibilidad cada vez más amplia que hay hacia la protección del medio ambiente.
Considerar que el lobo es un problema en vez de una oportunidad, me hace recordar otro animal, no tan totémico, con el que España fue identificada en tiempos del Imperio Romano, cuando el latín nos bautizó como Hispania: tierra de conejos.