Evitar los impuestos es el único esfuerzo intelectual que tiene recompensa y eso hace que alguno que intenta ampliar el campo del conocimiento no hace otra cosa que aumentar el horizonte de su ignorancia. Escribo esto después de leer la enmienda a los presupuestos que presento Esquerra Republicana, relativa al impuesto sobre Patrimonio, donde invoca el funcionamiento del impuesto sobre herencias en EEUU para justificar su petición. Un impuesto donde se permite deducir en el impuesto federal el impuesto pagado en el estado de residencia; permitiendo a cada estado subir y bajar impuestos. En la enmienda del Sr. Rufián, sin saber, se orienta en sentido contrario; en impedir directamente el ejercicio del poder tributario de las CCAA respecto a un impuesto cedido y sobre el que se tienen competencias sobre reducciones en la base imponible, cuantías y coeficientes. Una enmienda a los presupuestos de dudosa legalidad y que no puede ser modificada vía presentación del presupuesto, sino que necesita una modificación legislativa. 
Este tributo sobre el patrimonio, extinguido en Europa, desincentiva el ahorro, la iniciativa individual, el crecimiento económico y el empleo. La exención debería abarcar a todas las CCAA pensando sobre todo en la empresa familiar que representa el 89% del tejido industrial de este país con más de 6,5 millones de empleos. 
Se hace un uso partidista de la palabra igualdad, no es una bandera socialista, sino liberal, porque fueron los liberales quienes insistieron en la igualdad compatible con la libertad y la justicia. En consecuencia, una crisis no se soluciona por el lado de los ingresos, vía impuestos; observen los gastos y pregúntense si este país puede permitirse este nivel. ¿Gastar más endeudando nuestros ahorros o aumentando los impuestos de un país que ha perdido 90.000 empresas y va camino de 4 millones de parados? No cuadra. 
Es necesario una armonización fiscal de los tributos cedidos, pero tomando como referencia la CCAA con menor presión fiscal y de esta forma lograr que todos seamos iguales, como dice la Constitución.  Pero si insisten, empiecen por armonizar la ley electoral para que el peso de los votos nacionalistas e independentistas no lastren a esta España con propuestas que pretendan desviar la atención hacia una guerra fiscal entre CCAA y de esta forma generar otro país diferente.