Elena García

Tribuna sanitaria

Elena García


La amabilidad primero

27/10/2022

Los valores que potenciamos como sociedad muchas veces no están alineados con nuestros verdaderos deseos ni con lo que realmente nos aporta felicidad. Me refiero a que constantemente recibimos mensajes de lo que debe ser una persona de éxito y de cómo llegar a él. Esto incluye trayectorias forzadas a la producción siempre más ambiciosa, al consumo de todo, aunque nunca sature nuestras expectativas y al aprovechamiento del tiempo, sintiéndonos obligados a llenar milimétricamente nuestras agendas con planes que muestren que tenemos una vida plena. 

Y parece complicado convencerse de que no siempre esa es la mejor opción. La calma consciente en nuestra vida puede ser mas valiosa que la vida agitada vivida solamente hacia afuera. Defiendo a partes iguales ese placer de vivir a tope y el que otorga la calma buscada y elegida a veces para ser, para observar y reconocernos, para mirarlo todo con detalle y apreciar, agradecer y darse cuenta, con una media sonrisa sincera, de que el valor del ser no está en cuánto hacemos, que también, sino en cuánto amamos y cuánto amados nos sentimos. 

Igual esta palabra suena exagerada en este texto, por lo que voy a usar otra que parece ser menor, aunque si pensamos en cómo nos hace sentir va a resultar incluso más potente: la amabilidad. La amabilidad que recibimos en el trato, de personas desconocidas y de las más cercanas también. De la familia, la pareja, los amigos, compañeros, vecinos. La amabilidad que ofrecemos, aunque no siempre. 
Y quiero ser más concreta: la amabilidad en un medio en principio hostil como lo es un hospital. Por parte de pacientes y profesionales, pero en especial hacia los más vulnerables, los enfermos. Esto puede marcar la diferencia entre una atención suficiente y una excelente. Supone una sinergia en el proceso de curación y alivio de la persona y que sumado a la calidad del desarrollo científico-técnico nos convierte en los profesionales excelentes con los que todos queremos contar cuando nos toque pasar por el inevitable proceso de enfermedad inherente al ser humano. 

Precisamente la Humanización es objetivo de instituciones sanitarias como la nuestra y se nutre de proyectos relevantes como los recogidos en el Plan Persona de Sacyl para mejorar la calidad de la atención al paciente, cuidadores, familia y también influir sobre los profesionales.

Y recoge en un Decálogo palabras clave para atraernos hacia esa realidad deseada, entre las que se incluye la 'amabilidad' y algunas otras que quiero recordar: la escucha y la comunicación con las palabras y gestos adecuados, la sonrisa, la cercanía y el respeto mutuo, el cuidado de uno mismo y de los ambientes, la empatía que nos acerca al otro ser humano sin restarnos eficacia ni competencias.

Pero esto no se produce espontáneamente en una sociedad si no forma parte de una cultura que ha educado a las personas desde niños para adquirir estos valores y han aprendido que estos detalles del comportamiento nos hacen más humanos, más felices y poderosos. 

Demos valor a lo que realmente lo tiene. Tomemos conciencia de la importancia de cuidarnos con amabilidad.

ARCHIVADO EN: Elena García, Sacyl