Juan Ángel Gozalo

Plaza Mayor

Juan Ángel Gozalo


Irrelevantes

10/03/2023

Los parlamentarios burgaleses, tanto los que rinden pleitesía al PP y al PSOE en Madrid como los que lo hacen en Valladolid, saben que no están ligados por mandato imperativo a sus respectivos partidos pero les da igual, prefieren la sumisión a batirse el cobre por sus electores. Prietas las filas al son del cornetín del jefe del grupo, no vaya a ser que no haya hueco en las próximas listas.

El artículo 67 de la Constitución es claro a este respecto, pero la realidad es que las direcciones políticas, lamentablemente, han decidido qué botón tienen que apretar sus señorías antes de ocupar sus escaños. Es la férrea disciplina de voto. En primer tiempo de saludo, diputados, senadores y procuradores electos del PP y PSOE por la provincia acatan las indicaciones del partido, incluso cuando son más que evidentes ninguneos y lesividades para esta tierra. Así nos ha ido y así nos va en materia de inversiones, infraestructuras… Nos las han dado todas en la misma mejilla, pero seguimos votándolos.

Es curioso ver cómo la proactividad de los parlamentarios populares y socialistas burgaleses en el Congreso y en el Senado en esa pretendida defensa de los intereses de Burgos aumenta de forma exponencial cuando gobiernan en Madrid los contrarios y, a la inversa, disminuye o desaparece cuando el Ejecutivo está en manos de los correligionarios. 

No menos desmoralizante es analizar el comportamiento de los procuradores burgaleses en las Cortes regionales, especialmente los del PP y sus eternos silencios ante los continuos incumplimientos de la Junta, agravios y retrasos en materia de equipamientos e infraestructuras. En el reverso, los socialistas reivindican ante el Gobierno de Mañueco esfuerzos presupuestarios y medidas que diputados y senadores del PSOE burgalés no son capaces de reclamar al Ejecutivo central. 

En fin, es lo que tiene que quienes aspiran a representar a los ciudadanos concurran en listas cerradas por los aparatos de los partidos. La vinculación directa entre diputado, elector y territorio, más que difusa, acaba siendo inexistente y, lo que es peor, invisibiliza y hacen irrelevantes en Madrid y Valladolid los votos de miles de burgaleses.