Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Ante el precipicio

06/11/2020

La cacareada cogobernanza no ha sido la mejor solución. Gobernar a coro, por consenso de todos los ejecutivos autonómicos, se ha demostrado un ejercicio poco práctico en la lucha contra la pandemia. La causa la conocen los ciudadanos: Muchos políticos han dejado sobradas muestras de que les interesaba más la rentabilidad personal de la confrontación y el conflicto que acotar el riesgo de enfermedad y muerte. Incluso en los casos de mayor entendimiento, unos y otros parecían interesados en dejar resquicios por los que introducir puyas y descalificaciones. Hasta que avistaron el precipicio, el temor a que la situación se tornara de nuevo incontrolable y a que los hospitales de campaña acompañaran la terrorífica secuencia ya vivida de los féretros amontonados. La culpa ya no sería del Gobierno central. Y les entró canguelo. Urgieron medidas más drásticas cuando no el mando único del Gobierno de España. Pedro Sánchez se mostraba esquivo, no se sabe si por la prudencia rentable de compartir el fracaso, no cabe éxito en estadísticas de muertes, o simplemente impelido por el deseo de regodearse en la humillación de aquellos y aquellas subidos al tobogán de la incoherencia, oscilantes entre la exigencia del mando único y la voluntad de hacer de su capa un sayo.
El vértigo aumentaba de forma inversamente proporcional al descenso de las camas de hospitalización disponibles y al crecimiento de los casos positivos. En juego estaba la fortaleza asistencial de cada autonomía, sobrevalorada en todas las autonomías antes del covid, pero también quedaba en entredicho la propia existencia del sistema autonómico español.
El presidente de Castilla y León, Fernández Mañueco, pidió a Sánchez que asumiera el liderazgo bajo los «principios de máxima coordinación». En términos similares se pronunciaron el resto. El extremeño Fernández Vara denunció la existencia de ‘17 reinos de taifas’ y advirtió también de la necesidad de restablecer los ‘consensos perdidos’. Eufemismos para designar sin citarlo el necesario liderazgo, consciente de que ‘la vuelta al mando único pondría en evidencia el fracaso del sistema autonómico’. Y con las cosas de comer no se juega.