Los trilemas son tríos de palabras que los humanos inventamos para expresar grandes aspiraciones, como salud, dinero y amor o liberté, égalité, fraternité. Estas fiestas son un trilema que une tres festejos, Navidad, Año Nuevo y Reyes Magos, que se celebra en el mundo entero por encima de creencias y costumbres. La palabra clave del trilema de Navidad es celebrar, que procede del latín celeber, que significa concurrido, frecuentado, abundante.

¿Hay algún concepto que encaje mejor con las Navidades? Celebrar es compartir la abundancia con la concurrencia. Ese es su verdadero misterio, unir tres cosas difíciles de encajar para conseguir otras tres difíciles de poseer. 

Pero qué sucede si carecemos de familia, recursos o salud, si la vida está sumida en soledad, decrepitud o duelo. ¿Cómo encajar estos tríos tristes con los alegres trinos navideños? No es sencillo, la soledad rodeada de gentío es soledumbre, la carencia rodeada de exceso es penuria y la tristeza rodeada de diversión es pesadumbre. El trilema de Navidades se convierte en el trilema de navidumbres, una palabra que describe lo que sienten muchas personas que me consultan ante la llegada de estas fiestas, una mezcla de ansiedad, temor, tristeza, nostalgia, desconsuelo y desesperanza, que no hay luces que la iluminen, ni turrón que las endulce.

Pero no todo está perdido, vienen en nuestra ayuda los ritos y los símbolos. Somos seres litúrgicos que adoramos a los dioses igual que a las cosas que nos resguardan o acomodan. Aceptémoslo entonces con el espíritu tolerante y el ánimo que podamos reunir y celebremos las Navidades con las tres cosas más simbólicas de ellas, como algunos adornos, un belén sencillo o unos luminosos baratos; ciertos alimentos, dulces típicos o una copita de vino o de humilde sidra; y música, unos alegres villancicos o el grandioso Mesías, que en la radio lo ponen gratis. Los tres son asequibles incluso para las economías más limitadas. ¿Que, por qué recomiendo esas cosas tan evidentes? Muy sencillo, porque las personas que padecen las navidumbres no las practican. Y lo demás, la suerte, la riqueza, la paz, la salud, la familia o la felicidad, son palabras mayores que no están al alcance de cualquiera, ni encajan en ningún trilema. Luego permíteme que, sean tus circunstancias las que sean, te desee FELIZ TRILEMA DE NAVIDAD.