En el fútbol la clave es el espacio. Todos pelean por encontrar un hueco donde filtrar un pase, lanzar un desmarque o marcar un gol. En política a veces ocurre lo mismo. Miro el tablero y yo veo el mayor espacio libre en el centro derecha. Con el PP apostando descaradamente por competirle a Vox cada metro, ya esté a la derecha o la extrema derecha, dando focos a líderes como Ayuso o Cayetana Álvarez de Toledo en detrimento de figuras de la experiencia de Ana Pastor, el centro derecha se ha quedado vacío. Y ahí tiene su oportunidad Ciudadanos. Inés Arrimadas parece haberlo visto y se está abriendo a negociar con el Gobierno elegido por los españoles, porque no hay que olvidar que PSOE y Podemos llegaron a la Moncloa sumando votos, los suyos y los de quiénes ven en ellos la mejor alternativa para España, que no son pocos partidos y, por lo tanto, no pocos españoles.
Siempre han hecho más ruido una cazuela y una cuchara que una negociación política, pero a la larga, el brazo que golpea los metales se cansa antes de lo que lo hacen los que se deciden a trabajar. Mientras el PP sigue empeñado en lanzar un ataque frontal al Gobierno, está dejando desprotegida su área, esa en la que ha sumado sus más amplias mayorías. El espacio lo ha visto Ciudadanos que parece querer volver al centro. El tiempo dirá si deciden mantenerse en ese lugar tan necesario para cualquier sistema parlamentario o giran una vez más. De momento parece que abrirse a escuchar propuestas y pelear porque se escuchen las suyas les dibuja mejores resultados en las urnas. Quiero pensar que los españoles premiarán a quien trabaje y no a quien aliente a manifestaciones en plena alerta sanitaria. Estoy convencido de que los rebeldes que no quieren compartir ni la bandera son menos.