No puedo justificar determinados comportamientos del ser humano: el robo, la mentira, el odio, incluso el asesinato en un arrebato de ira. Pero lo que no me cabe en la cabeza de ninguna de las maneras, lo más bajo de lo más bajo, es la violación de un niño o de una niña, que un adulto abuse de su poder para aliviarse con un o una menor. ¿Se puede caer más bajo?
Sí, sí se puede. Es todavía más grave que la encargada de denunciar el delito y castigarlo no solamente no lo haga, con lo que se convierte en cómplice, sino que comente entre risas que otros jueces, colegas suyos, aprovechando un congreso en Colombia, se fueran «de niños». Y no dimite. Es más, la han ascendido. ¿Se puede caer más bajo?
Sí, sí se puede. Los casos entre religiosos que son los que nos dan ejemplo, los que nos guían, en los que hemos depositado nuestra confianza, son abrumadores. A ellos les dice Jesús: «Más les valiera que les ataran una piedra de molino al cuello y los arrojaran al mar». Y lo dice en los tres sinópticos, Mateo, Marcos y Lucas, por si hubiera dudas. ¿Se puede caer más bajo?
Sí, sí se puede. Hay quien no sólo comete semejante atrocidad sino que lo justifica. Y no es un cualquiera. Se trata nada más y nada menos que del ‘intelectual’ más citado del mundo, inspirador de la ideología trans y queer, Michel Foucault, el cual, según relata un colega suyo, violó niños magrebíes durante su época de profesor en la Universidad de Túnez. Pues bien, Foucault firmó un manifiesto junto con otros ‘intelectuales’ (Sartre, Derrida, Althusser, Simone de Beauvoir, todos ellos gurús de la izquierda guay) pidiendo la despenalización de las relaciones con menores. Algunos de sus discípulos han llegado a justificar las relaciones incestuosas de padres con sus propios hijos menores de edad. ¿Se puede caer más bajo?
Sí, sí se puede: Saber todo esto y no publicarlo. ¿Omertá cómplice?