Martín García Barbadillo

Plaza Mayor

Martín García Barbadillo


Lo caro sale barato

29/03/2021

Según publicó este periódico la pasada semana, en mayo se convocará el nuevo concurso para concluir las paralizadísimas obras del centro de salud del Silo, así lo afirmaba al menos el procurador del PP por Burgos Alejandro Vázquez. La información venía acompañada de una fotografía en la que aparecía en primer plano el edificio en cuestión, grafiteado, con aspecto casi de ruina antes de ser acabado y, al fondo, el enorme y magnífico silo de Capiscol, también sin uso. Parecía una imagen de un barrio chungo de la ya de por sí chunga Detroit.
De este asunto ya hemos hablado más veces en este rincón como ejemplo máximo de que la burocracia es la fuerza que mueve el mundo, o más bien que lo para. Por si no lo ha seguido, ahí va un resumen a lo bestia: la compañía que lo estaba construyendo pidió un «modificado» del presupuesto, esto es, más pasta de la acordada, concretamente un 9,75%. La Junta, supongo, pensó que la estaban chuleando y se plantó: solo les daba un 2,15% más. La empresa paró los trabajos y ahí estamos compuestos, sin centro de salud y con ese paisaje postapocalíptico.
Si la obra sale a concurso de nuevo en mayo, comienza un baile que durará aún años. Por ejemplo, el tema tiene que ser publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea (desconozco si en página par o impar); luego escoger la empresa, que empiece, seguramente llueva y se retrase todo... Con suerte, las obras arrancarán en 2022 y puede que se concluyan en 2023. Para rematar, la primera empresa lo ha llevado todo a los tribunales. De locos.
Si esta primera constructora que se hizo cargo del proyecto hubiera cumplido con lo firmado, el centro ya estaría en funcionamiento. Pero hay que decir que se llevó el contrato por un importe un 16,5% menor al precio de salida que era de 5,4 millones de euros. Vamos, que ganaron las rebajas. Eso sí, al poco pidieron el citado «modificado», una práctica habitual en España en los contratos con las administraciones que a algunas compañías de este país le ha dado problemas en el extranjero: digamos que, por ahí, esto no cuela.
En este absurdo burocrático podría suceder que todo costase al final mucho más de esos 5,4 millones, de hecho es muy probable, y eso por no hablar de los plazos. Esto no hubiese pasado si los responsables hubieran seguido el consejo materno universal que asegura que «lo barato es caro». Es que hay que escuchar a las madres. Siempre.
 Salud y alegría.