Paré en Calatayud. Una vez. Y no la encontré. Me quedé con las ganas. Tampoco pregunté por ella. Iba aprendido. Me limité a comer. Y a no quejarme del vino de la tierra. Cariñena. Un tinto gordo. Muy gordo. Que no cambiaba de color ni con cuatro partes de gaseosa. Había salido de Madrid. Todavía estudiante de arquitectura técnica. Doscientos treinta y ocho kilómetros. Lo único que no ha cambiado en treinta y cinco años. O casi. La distancia que todavía nos separa de la capital. Tampoco recuerdo exactamente cuánto pagué por el viaje. Pero lo puedo calcular. Un litro de gasolina de entonces era un tesoro de setenta céntimos de euro que se pagaba en pesetas. Y un coche apenas bajaba de los diez a los cien. Euros o pesetas. Cuestión de matemáticas. Veinte o tres mil. Y dos horas y media de reloj. No había más. Supongo que por eso se me ha hinchado esta semana. Me refiero a la vena. No piensen más abajo. La misma que se inflama en el cuello de los joteros cuando cantan la bilbilitana. ¡Cinco euros desde Madrid! ¡Y apenas una hora! Y es que este miércoles RENFE ha presentado su nuevo proyecto low cost de alta velocidad. Algo más de sesenta días después de que el secretario de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, señor Saura, don Pedro, advirtiese al señor de la Rosa, don Daniel -la mitad menos mandarina de nuestros dos alcaldes- que el AVE no alcanzaría Burgos hasta el dos mil veintidós. El nuevo tren será morado. Sus puertas, naranjas. Curiosa imagen de marca. Entre el señor Iglesias, don Pablo, y la señora Arrimadas, doña Inés. Pero eso da igual. Unirá Calatayud con Madrid a trescientos kilómetros por hora. Y ayudará a que Greta Thunberg impida que la contaminación ponga en cuestión la dimensión de los penes aragoneses. Lo más bonito es el nombre. AVLO. Pongamos que, cantaría Sabina. Sin hache y con uve. Sí. Buen guiño creativo. Bastante más transgresor que llamar Avenida Comercial a un Bulevar en Gamonal. El año que viene llegará a Puertollano y olé. Sevilla tira mucho. Así lo ha explicado el director del Área de Comercio de la operadora. Porque AVLO viene para democratizar el servicio de alta velocidad. ¡Joder con La Dolores! Será que el Papamoscas no tiene derecho a voto...