Salvador de Foronda

Diez Mil Preguntas

Salvador de Foronda


¿Dónde está la ley?

19/01/2023

En esta España han pasado, en los últimos años, cosas extraordinarias. Y no hablo de pandemias o de guerras sino de cuestiones que han ido definiendo la calidad moral y democrática de los inductores. Siempre pensé que había conductas que creía residuales o difíciles de ver y ahora resulta que han tomado cuerpo, no en un arrabal dominado por vendedores de favores sino en el seno del ejecutivo de la nación. 

Nadie llegó a vaticinar que, en una democracia avanzada, un Gobierno impulsara cambios legislativos para proteger a los delincuentes. Y esto ha sucedido con la supresión del delito de sedición y la rebaja de la malversación al dictado de quienes infringieron la ley. Es bastante lamentable la inconsistencia intelectual de quienes, definiéndose de izquierdas, conceden impunidad a quienes pretenden romper España, entendiendo este concepto como hay que entenderlo y como lo que es. No como un término de expresión reaccionario, que identifica a nostálgicos del franquismo, sino como uno de los más importantes proyectos de solidaridad territorial de nuestra historia. Soy consciente de que quien pone en peligro la democracia en España es quien más interés tiene de someter a los jueces y ese no es otro que Sánchez. No está dispuesto que los jueces elijan a los jueces o a elegir magistrados que tengan criterios jurídicos propios. La imparcialidad no le sirve para culminar sus planes.

¿Cómo es posible que se puedan segregar bloques de jueces según su sensibilidad ideológica cuando el tribunal de garantías, precisamente, se ocupa de arbitrar entre los poderes del Estado y en esa potestad no tienen cabida la distinción entre 'progresistas, rojos y buenos, y 'conservadores', azules y malos, o viceversa? Por eso faltan juristas de vocación en primera línea capaces de decir lo que les dicta la conciencia en presencia de un político.

Echo de menos a gente para la cual el perfeccionamiento de la ley no solo es la vía más sólida para mejorar una sociedad sino la garantía máxima que tienen los ciudadanos. Profesionales que no solo leen la ley, sino que contemplan su espíritu y el fin último que el legislador perseguía. De eso se encargaron juristas como García de Enterría o Francisco Tomas y Valiente que nos enseñaron a valorar que el buen desempeño de la Justicia es evitar el caos y la tiranía. Eran juristas sin mochilas y sin deudas que saldar.