José María Chomón

Bailando bajo el diluvio

José María Chomón


Descabezados S.A.

19/07/2022

El origen de la evolución humana en Europa se encuentra en Atapuerca, es decir, en Burgos. Las primeras palabras del castellano aparecen en los Cartularios de Valpuesta, es decir, en Burgos. Somos una potencia en materia de patrimonio histórico, con la catedral como buque insignia. Lo tenemos todo, incluso un aeropuerto sin aviones. Y, sin embargo, somos una plaza de tercera.

Por méritos propios nos hemos convertido en una potencia descabezada. Lo dicen los hechos y los resultados. Descabezada, en su sentido literal, se encuentran las fundaciones de Atapuerca y del Instituto de la Lengua. La primera tiene la garantía de un proyecto científico sólido, con unos codirectores que enfilan la jubilación. La segunda nunca ha dispuesto de proyectos ni medios para configurarse como referencia en la enseñanza del castellano.

Mientras Atapuerca no tiene competencia, no sucede lo mismo con el castellano. Resulta paradójico que estando en Burgos los primeros balbuceos de nuestro idioma, nos gane por goleada como destino idiomático una ciudad como Salamanca. Pero más paradójico resulta que comunidades como Cataluña, donde lo del castellano es más que problemático, sitúen a Castilla y León como un destino marginal. Y en esto de la enseñanza del castellano, nuestra Universidad ¿por dónde anda? En lo referido al patrimonio la catedral va a su bola, sigue su propio camino, sus propias pautas, ajena al mundanal ruido. 

Así que lo tenemos todo, pero no somos capaces de conseguir nada importante. No hay proyecto global, no hay colaboración más allá de acuerdos puntuales, no hay ambición. Y lo peor no es que tengamos instituciones descabezadas, aunque tiene su guasa; lo peor es la escasa cabeza con que algunos organismos están regidos. Me viene, cómo no, a la cabeza, Promueve Burgos. Y así andamos, mejor dicho, así deambulamos; sin brújula, desorientados, enfocados en lo parcial e inmediato, sin ser conscientes de que lo tenemos todo para ser estrellas. Por cierto, ¿se sigue hablando no sé qué de la Capitalidad Cultural para 2031?