René Payo

Del Ayer al Hoy

René Payo


El cardenal Benlloch de Domingo Ortega

09/03/2021

A escasas personas de Burgos, que no tengan una determinada edad, les sonará la figura del cardenal Benlloch más allá de que da nombre a una céntrica calle burgalesa. Sin embargo, a poco que nos acerquemos curiosos a su vida nos daremos cuenta de la trascendencia de este valenciano, nacido en 1864 y muerto en Madrid en 1926, que fue uno de los artífices del VII Centenario de nuestra Catedral en 1921. Fue hombre de múltiples perfiles -religiosos, políticos y culturales- desarrollados en sus distintos destinos episcopales en Solsona, donde fue Administrador Apostólico, la Seo de Urgell y Burgos, periodo este último en que sería creado cardenal-presbítero de Santa María in Ara Coeli. 
Pues bien, era necesario y urgente, para la historia contemporánea de Burgos y para la historia de los últimos años del reinado alfonsino, recuperar el conocimiento de una figura de gran trascendencia no solo en lo local sino también en lo nacional y con perfiles internacionales. Para ello, se necesitaba de alguien que, con conocimiento del mundo eclesiástico del momento y del devenir del pensamiento y la sociedad en los últimos años de la Restauración, se enfrentara al reto. Y ahí estaba Domingo Ortega, admirado compañero universitario y amigo, del que es difícil, por no decir imposible, no aprender algo en una de sus conversaciones. No le amedrentó la necesidad de acudir a las fuentes originales, a veces ocultas y esquivas, ni la necesidad de deshacer tópicos o desenfoques sobre la figura del prelado. Solo alguien como él, capaz de manejarse con igual maestría en la historia universal, nacional y en la microhistoria local podía hacer frente a este reto con éxito. Todo encaja en una biografía escrita con criterios historiográficos, pero en la que el dominio de la lengua del profesor Ortega permite una ágil y agradable lectura ausente en muchas obras de este tipo. Hoy Burgos, en este VIII Centenario de su Catedral, puede honrarse de haber redescubierto a través de este libro una gran figura que ‘en pocos años llenó mucho tiempo’, al que se debió, entre otras muchas cosas que aquí no podemos detallar, el haber proyectado a nuestra ciudad en el mundo en aquel año 1921 cuando la Catedral cumplió 700 años.