José Manuel Pérez Ovejas

Plaza Mayor

José Manuel Pérez Ovejas


Degradación social

04/03/2021

El mes de febrero no ha pasado a la historia por sus noticias amables. El número de fallecidos por el virus ha sido muy elevado y el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél desató otra epidemia: barricadas, vandalismo, saqueos y altercados se han sucedido en algunas ciudades, con especial virulencia en Barcelona. A raíz de tantas noches de barbarie, el ciudadano cabal reflexiona sobre el perfil de estos energúmenos y la sociedad que compartimos: ¿Qué educación han recibido? ¿Qué valores les han transmitido? ¿Adónde vamos, si este es el futuro? ¿Cuál es y será su aportación?
Muy atrás han quedado la disciplina, el respeto y los valores que nos inculcaron hace generación y pico los profesores en el colegio y universidad. Sin entrar a valorar las sucesivas leyes de educación, es poco probable que cualquiera de esos vándalos ganara en un concurso televisivo a sus padres, que recitábamos de carrerilla (por poner un ejemplo) ríos, sistemas montañosos y capitales del mundo con soltura. Esa ‘culturilla general’ ponía los cimientos de una generación sin móviles, con menos recursos tecnológicos. Y lo que es peor: muy pocos de los que arrancaban adoquines y saqueaban tiendas sabrían responder siquiera los motivos que llevaron a la cárcel al presunto artista y movieron, por tanto, a tan irresponsable conducta callejera: enaltecimiento del terrorismo, injurias a la Corona y amenazas a testigos. Actuaban así sencillamente porque lo hacían sus ídolos, sus iguales, sus hermanos mayores. Se dejaban llevar por las masas, en una actitud tan nihilista como borreguil.
Seguramente, a esos delincuentes, cargados de ira y odio, les da igual la degradación de esta sociedad que va a la deriva. Las imágenes que hemos visto estos días son inaceptables y los políticos, sin fisuras, deben de poner remedio. Está en juego la imagen de nuestro país. Y lo que es peor, la estabilidad venidera.