María Vélez

Plaza Mayor

María Vélez


Mochilas de tesoros y piedras

25/08/2021

Tarde de agosto. Sin compromisos laborales. Tampoco me espera nadie en casa. La familia continúa de vacaciones. Mi tiempo es para mí. Extraordinario. Y perfectamente caótico, en su justa medida. Al final no haces casi nada de lo que pensabas porque haces lo que te va apeteciendo en cada momento. Y en medio del regalo del desorden, te descubres zapeando a media tarde y, sorpresa, topándote con Verano azul. Y, más allá de la trama y el revuelo en twitter a raíz de la enésima  reposición, esbozas una sonrisa porque vuelven esos recuerdos imborrables: los de tu infancia.
Imagino ahora haber coincidido en esos tres minutos que pillé a la panda de Chanquete con mi hijo mayor. Batería de preguntas asegurada, bendita curiosidad, después de mi exclamación ilusionante al compartir lo que veía de pequeña. La pandemia me ha devuelto retazos de mis veranos de niña y adolescente. Nos chifla compartirlos. Rememorar nos hace más vivos, no más viejos. Cada vivencia deja su rastro y la suma de todos va moldeando lo que somos. Mochilas con tesoros y piedras.
Y, zapeando, viajo irremediablemente a Afganistán. Allí donde huir sin rumbo es la única salida. Donde lograrlo es una obsesión para permitirse poder respirar con cierto alivio cada mañana; donde el presente es pánico, súplicas desde el miedo pidiendo aliento, miradas de angustia, retroceso. Allí, donde desprenderse de su bebé se convierte en el mayor gesto de amor de unos padres a su hijo. Desgarrador. Un país, también hay otros, donde las mujeres y los menores, y también los hombres, pierden cada segundo derechos y libertades, oportunidades, futuro. Y pienso en cómo serán sus recuerdos, sus mochilas de vivencias. 
Escalofríos, decepción e impotencia ante imágenes de desesperación. Todo, en la distancia. Inimaginable el sentimiento desde dentro. Otra vez más, una crisis humanitaria explotando ante los ojos del mundo. ¿Cuántas más de corte geopolítico para que la humanidad deje, por fin, de permitir vidas rotas?  Poca respuesta alentadora.