María Vélez

Plaza Mayor

María Vélez


Postureo veraniego

01/07/2021

Entramos en julio. Junto con agosto, mes de vacaciones por excelencia. Y en él empieza todo. Porque, reconozcámoslo, el verano es la estación de las expectativas. La perspectiva cambia con los años pero la esencia sobre lo que se espera de la etapa estival es la misma. El verano lleva intrínseca la obligación de reponer; también la libertad de que cada uno tome oxígeno a su manera.

Pero es además la estación de los tópicos y el postureo. Qué pereza. No solo por la presión indirecta para hallar esa foto capaz de transmitir en redes sociales que la vida es bella a tu alrededor y que la felicidad te embriaga, sino porque si no metes en los planes de tu paquete vacacional el lote básico para unos aparentes días de ensueño, típicos veraniegos, puede ser que termines pensando, entiéndase la ironía, que ni los has tenido. 

El turismo de interior como alternativa en verano sigue con buenas cifras. Pero seguro que te preguntan si te has ido a la playa. Ni te cuento si tu veraneo incluye el mar y regresas al trabajo con el mismo punto de bronceado con el que te fuiste.

¿Y si prefieres tumbona y sombrilla?, ¿montaña a pesar del verano?, ¿el calorazo de una gran urbe?, ¿optar por un pueblo o no viajar? Seguramente regreses exactamente igual de feliz que si pisas la arena. Eso sí, con otro tipo de moreno. Porque más allá del destino, de las posibilidades y los gustos individuales, habrás encontrado tu particular chapuzón reponedor.

El verano es solecito y más tiempo libre para disfrutar. Lo hacen quienes madrugan para coger sitio en la playa, los que eligen una cala tranquila, aquellos que apenas miran el móvil y quienes están sometidos a él. Los veraneantes que buscan sol y se quejan cada día del calor que hace, los que escogen fresco y pasan frío, el que opta por la sombra, el destino desierto o su casa...

Disfruten, libres, como quieran. Y recuerden que las expectativas encajan en cualquier estación.