Salvador de Foronda

Diez Mil Preguntas

Salvador de Foronda


Il dolce far niente

03/08/2022

Cada verano tiene una historia, y seguro que, en mayor o menor medida, todos estamos de acuerdo con esa afirmación. Mi historia comienza en este mes de vacaciones donde comienzo a escribir esta columna. He sacado un tiempo para este menester, rodeado del mar, frutales y de otros árboles de jardín y acompañado del zumbido de las cigarras que suenan a violín roto. Me he sentado junto a una hilera de cipreses, sin corbata, que dan una pizca de sombra, que se desvanece a medida que avanza el mediodía. Como apenas llegan los datos de internet, tengo que apañármelas como puedo y para ello he colocado el móvil en un punto remoto, de altura- colgado de las ramas de uno de los árboles - y compartiendo línea con el equipo me toca esperar a que las ondas me abran y me lleven al mundo virtual. 

Lo primero que me viene a la mente es que el verano es tiempo de vida y la vida debe tornarse en libertad y la libertad debe permitirnos disfrutar y para ello solo hay una forma de explicar cómo debes de hacerlo y es que: «hay que hacer lo que a uno le dé la gana». Con lo cual, dejemos los relojes a un lado, enfundémonos el bañador de flores de alcachofas, cojamos la rueda de tractor para ir a la playa, tomemos un helado, seduzcamos a la vecina desde nuestra ventana, escuchemos los hits de la radio y, sobre todo, disfrutemos, porque en verano todo es posible. Para ello lo mejor es instalarse en esa doctrina estival y fácil de aplicar a nuestras vidas y que se denomina il dolce far niente, o la refinada holgazanería de no hacer nada, filosofía que llegó de Italia y que, a pesar de ser muy criticada, también es un gran placer más apto cuanto más aprieta el calor. Ahora solo nos queda tener suerte y que no se nos tuerza puesto que el verano es perfecto cuando: el sol brilla, el viento sopla, los pájaros cantan, y la cortadora de césped se rompe, todo es posible en esta época. 

Según avancen los días es cuando nuestro pensamiento empieza a divagar, tal vez por un golpe de calor, si la duración de los días de asueto debe de ser de una semana, quince días o un mes. ¿La respuesta? Que dure el tiempo necesario para que tu jefe te extrañe, y no el tiempo suficiente para que descubra lo bien que le va sin ti.

Disfruten del verano y en otoño pónganse la corbata, da calor, no gasta y la felicidad es poder escoger cada día un color diferente. 

ARCHIVADO EN: Verano, Italia