Esther Alonso

Ser o Tener

Esther Alonso


Buenas noticias

29/06/2022

A pesar de que hay quienes opinan que apenas hemos cambiado en nada como consecuencia de la covid 19, hay un aspecto muy importante al que todos damos mucho más valor que antes: la ciencia y su aplicación a la salud. 

En ese sentido, me reconozco como nueva lectora de una sección a la que, aunque antes de la covid ya daba más relevancia que a la de Deportes, despertaba en mí menos interés que la Economía, la Política o las noticias internacionales, convirtiéndose, desde marzo de 2020, en una de las que primero leo, escucho o atiendo en radio y televisión. 

De hecho, aunque como periodista siempre había soñado con poder dar algún día una gran noticia como el descubrimiento de la cura del cáncer, mi deformación profesional me alejaba casi siempre de este hito, despistándome con cantos de sirena normalmente desafinados.

Precisamente leer noticias sobre esta enfermedad, de la que la Estadística advierte que toda la población jugamos un buen puñado de papeletas, me llena de esperanza más que cualquier promesa de cualquier otra página de las secciones antes mencionadas. De hecho, nunca antes que ahora me habría detenido en las noticias que abordan el encuentro anual de la Sociedad Americana de Oncología Médica, en el que la semana pasada se presentaron los resultados de un estudio que revela que, gracias a una combinación de fármacos, se logra ampliar la esperanza de vida de los enfermos de cáncer de mama. O tampoco en aquellas otras que hace quince días se referían a la estrategia terapéutica aplicada por médicos españoles que alterna quimioterapia e inmunoterapia y que permitirá incrementar hasta el 93% los enfermos de cáncer de pulmón candidatos a cirugía.

Cuando la clase política sea consciente de que invertir en ciencia y salud es más rentable éticamente y tan rentable electoralmente como hacerlo en infraestructuras, las buenas noticias científicas se celebrarán tanto como las futbolísticas, y ganarle la partida a una enfermedad como el cáncer llenará las fuentes de todas las plazas de enfermos, sus familiares y amigos, quienes celebrarán con tanto entusiasmo y más respeto que los hinchas, la buena nueva que nos permitirá a todos tener un asiento en el palco de la vida.