Ma che freddo fa. Nada Malamina y Carmen Consoli.

Hace frío. Es noviembre y es lo que toca. Las temperaturas bajan siguiendo el ciclo de la naturaleza. Es un frío que sabemos que tarde o temprano nos va a acariciar, y aunque nos molesta, nos acabamos acostumbrando y hasta se hace llevadero.

Pero hay otro frío más cruel, más triste, más desgarrador. Es ese frío que nos congela el corazón ante la impúdica exhibición de violencia de quienes por un rastrero juego político, o por una miseria moral que harían bien en disimular, niegan la violencia que sufren las mujeres en todo el mundo y luchan como auténticos cabestros contra las medidas encaminadas a terminar con esta lacra. Y si encima les das un toque de atención se ponen como motos.

Solo a un salvaje, parido por una mujer, con una mujer como compañera o hermana, padre o abuelo de mujeres, se le ocurre negar la triste realidad de la violencia machista.

Hace cinco días estábamos en la Plaza Mayor de Aranda protestando contra esa violencia que ha quitado la vida a 38 mujeres en lo que va de año, y aún se oyen, y se leen, voces o berridos insultando a quienes solo piden normalidad y respeto en la convivencia. Y que la fuerza bruta no intente imponerse a la fuerza de la razón; que la igualdad entre seres humanos no tenga que pedirse. La violencia no es la solución a ningún problema y solo desde la igualdad saldremos del lío en el que está metida esta Humanidad, que camina hacia el desastre más absoluto si no se impone la cordura. Y la cordura empieza con la educación. Empieza en casa, en el día a día de hombres y mujeres trabajando juntos desde la igualdad por un mundo mejor.

Por nuestras madres, nuestras esposas, nuestras hermanas, nuestras hijas y nuestras nietas, ¡NI UNA MÁS!

Que el calor vuelva a nuestros corazones, y que el frío del invierno sea algo cíclico y necesario, algo a lo que dedicar una hermosa canción como la que hoy os traigo.