Ignacio Fernández de Mata

Los Heterodoxos

Ignacio Fernández de Mata


De la opinión

08/07/2020

En este país la preocupación por los derechos y libertades va por barrios o por colores, y las indignaciones más acaloradas casi siempre son en una sola dirección. A vueltas con la libertad de prensa, se están oyendo auténticas barbaridades como si se hubiera cometido un crimen por opinar sobre un opinador, que es lo que en el fondo ha pasado con la ridícula polémica entre Pablo Echenique y Vicente Vallés. 

En España, la diferencia entre informar y opinar no está bien delimitada. Hubo un tiempo en que los grandes medios evitaban la confusión de géneros con distinción de firmas y secciones. Ya no. También se evitaba que los presentadores de las noticias publicitaran productos de consumo porque se entendía que podía haber un elemento engañoso en el uso de la imagen y voz de aquellos a los que confiábamos nuestra información. Hoy, quien da las noticias, vende seguros o alarmas como si nada, y opina dentro de su propio programa sin distinción real entre secciones. Y toda opinión es objeto de opinión, por lo tanto, de crítica. Porque ese es otro derecho fundamental.

Vemos noticiarios llenos de sesgo, titulares torvos, retorcimientos de los datos y hasta mentiras crasas y terribles como la atribución de los atentados de Atocha a la banda terrorista ETA, y aquí no ha pasado nada. A los responsables de medios, como bien cuenta David Jiménez en su libro El director, llama todo VIP que se precie a exigir, protestar u orientar… Pero un día, un portavoz parlamentario que no pertenece a los grupos de presión habituales, ni a consejos de administración, ni a grupos acaparadores de participaciones accionariales, se le ocurre criticar al informador que extiende sus comentarios/valoraciones personales a la información, y se arma el pitote. No hubo tal revuelo cuando Vox prohibía la entrada a sus mítines a ciertos periodistas, o cuando en cadenas televisivas privadas y aún eclesiales se ponía como chupa de dómine a todo sospechoso de ser de la cáscara amarga. Ni cuando el PP crucificó a probos periodistas como Xabier Fortes (TVE) o Javier Ruiz (Cuatro). 

Más allá de la escasa fortuna twittera de Echenique, ¿acaso no es verdad (probado judicialmente) que existen cloacas en el Estado (en todos los Estados)? Defendamos, siempre, la libertad de prensa…, pero que no nos den gato por liebre.
losheterodoxos.blogspot.com