Desde hace unos años, hay palabras extrañas que se han hecho un hueco en nuestras conversaciones, no por su profundidad, sino simple y llanamente porque las han puesto de moda, y parece que son lo más si las dices dos o tres veces en una misma conversación, aunque no vengan ni a cuento.
Una de estas palabras es ‘sostenibilidad’, que normalmente va de la mano de expresiones relacionadas con el medio ambiente y la economía. A mí la palabrita me queda grande, y todavía no consigo darle su lugar.
Otros sin embargo, la han convertido en su eslogan, y lo digo porque en los últimos meses, actuaciones prioritarias y básicas para el comercio y para los consumidores, como es facilitar y hacer accesible el aparcamiento en el centro de la ciudad; de repente y sin explicación, se han convertido para la administración en acciones fuera de lugar.
Estas mentes preclaras han concluido ellos solitos y de pronto, que el obsequiar horas de parking a los clientes cuando compran en el centro, va en contra de la sostenibilidad y medio ambiente de nuestra ciudad. Y en vez de plantearse realizar mejoras en los aparcamientos, lo que pretenden es que las familias al completo se acerquen a disfrutar del centro montados todos juntos en patinete, autobús, bicicleta, globo… o cualquier otro tipo de aparato que no genere tan terrible contaminación. Se olvidan, como siempre, de que hay empresas y vecinos que pagan sus impuestos y viven o dependen de ello, y que se trata de un servicio necesario e imprescindible para miles de actividades económicas y sociales.
Los aparcamientos del centro, no pueden generar más contaminación que los de las grandes superficies, o que aquellos que se tiene proyectado construir en el barrio de Gamonal, pero se ve que estoy equivocada y en esos puntos los vehículos no contaminan.
El centro seguramente sea el barrio más sostenible de la ciudad. Llevan años conviviendo con peatonalizaciones, y tanto empresarios como vecinos son un ejemplo de paciencia, armonía y tranquilidad frente a la histeria política diaria. Desde esta paz, comprendo claramente que lo que ya no puede ser sostenible, son las ideas peregrinas que tenemos que aguantar.