Justo cuando nos habíamos acostumbrado a no poner la tilde en solo, la RAE se marca un «mira, haced lo que os dé la gana» de libro y admite ahora que se pueda poner cuando su uso entrañe riesgo de ambigüedad. Pesados, les ha faltado añadir. Servidora no era solotildista radical, pero admito que a veces me costaba no ponerla. La costumbre es la costumbre, y algunas cosas de las que nos enseñaron en la EGB se quedaron grabadas en nuestro cerebro de forma más duradera que la contabilidad en los discos duros de algún partido. El lenguaje, como algo que se usa de manera constante por millones y millones de personas, fluye, evoluciona y se modifica y en ocasiones las instituciones van por detrás de los personas a la hora de reconocer esos cambios -o en este caso, de la resistencia a ellos-, pero yo diría que aún no se ha encontrado la palabra que defina la acción de quien practica el bulo y cuando es cogido en falta, echa la culpa al empedrado, al perro que se come los deberes o a la consejera que le pilla más cerca. 

A estas alturas, no sorprende que, para justificar su voto en contra de conceder una ayuda mensual de 1.000 euros a los enfermos de ELA en la comunidad, la ultraderecha se escudara en la falsedad de que llegan a cobrar hasta el triple de esa cantidad. Habría bastado con preguntar a uno solo de los afectados o a sus familias para salir del error. Pero no, los parlamentarios que se jactan de pensar en «las personas primero» se alinearon con el Partido Popular, rechazaron la propuesta y para caer de pie, se marcaron un tuit en el que presumían de esos supuestos 3.000 euros mensuales que los enfermos ni tienen ni esperan. Publicación que, mientras escribo esta columna, no han borrado ni rectificado y que tiene más de 600 'me gusta', a pesar de que su portavoz ha reconocido ya que la cifra no es real. Eso sí, atribuyendo la desinformación a la consejera de Familia, que es del PP. Entre las respuestas al tuit hay varias que incluyen un vídeo en el que afectados de ELA y familiares detallan la ayuda mensual que reciben. La cantidad más repetida es 38,76 euros. En un 'Cañas por España' de esos que hace el vicepresidente de la Junta en Madrid no da ni para una ronda.