Uno de los termómetros que mejor miden el malestar ciudadano en torno a cualquier cuestión que les afecta en su vida cotidiana es el buzón de quejas -ahora en modo correo electrónico- que este periódico pone a disposición de sus lectores. Y cuando su bandeja de entrada se llena de mensajes -acompañados de ilustrativas fotografías- en los que se denuncia la acumulación de basura fuera de los contenedores es que algo pasa, que algo no funciona del todo bien con la nueva empresa que gestiona el servicio de recogida de residuos. 

Que el bulevar de la calle Vitoria tenga que esperar otros cuatro años puede preocupar, y no todos los días, a no pocos habitantes de Gamonal, y seguro que a los vecinos de otros barrios incluso les da un poco igual. Que el Mercado Norte se retrase respecto a los planes iniciales puede inquietar a los comerciantes y a los burgaleses que residen en el centro, a quienes les gustaría -tampoco está muy claro que a todos- disponer de una instalación moderna cerca donde poder hacer la compra y tomarse un pincho de vez en cuando. Se trata de proyectos, sí, que la ciudad necesita para hacer la vida más cómoda a sus vecinos y para continuar en la senda del progreso. 

Pero el problema de la basura que rebosa los contenedores se extiende por muchas zonas de la ciudad, son numerosos los burgaleses que día sí y día también se topan con una estampa desagradable, igual que los turistas, que se llevan una imagen de esta ciudad que desentona con su riqueza patrimonial, cultural y gastronómica. Nuestros políticos han de preocuparse por sacar adelante los grandes proyectos, pero que no se confundan, la ciudadanía los va a valorar por saber gestionar 'las pequeñas cosas', porque es lo mínimo. Tener una ciudad limpia, con los jardines cuidados, con las baldosas enteras, con un tráfico bien regulado es lo que concede el cinco, aunque sea raspado, en el examen que los habitantes hacen a sus dirigentes municipales. Y a partir de ahí ya puede llegar el bien, el notable o el sobresaliente, pero sin dominar el temario básico resulta difícil. De modo que den con la tecla para que Burgos luzca como Dios manda, sin mácula alguna.