Maricruz Sánchez

Plaza Mayor

Maricruz Sánchez


Madeleine

05/05/2022

Madeleine McCan fue secuestrada hace ahora tres lustros en Praia da Luz, en Portugal. Solo tenía tres años y esa noche llevaba un pijama rosa de Winnie de Pooh de la marca Eeyore. Desde entonces, nada se ha sabido de ella, aunque su caso ha hecho correr ríos de tinta en los medios de todo el mundo, mientras la investigación polícial seguía en punto muerto... Hasta ayer, cuando una novedad abrió la puerta a la captura del posible responsable de su desaparición. «Hemos encontrado nuevas pruebas». Así lo aseguró Hans-Christian Wolters, encargado del caso, al diario The Sun. Los investigadores han hallado fibras rosas en el vehículo de un pedófilo alemán que se corresponden con las del pijama rosa de Madeleine. 

Han pasado 15 años y ahora estos indicios ponen el foco de nuevo en uno de los principales sospechosos del rapto. Se trata de Christian Brueckner, de 45 años, que siempre negó su relación con el secuestro de la niña. De hecho, el alemán mantiene que la noche de la desaparición se encontraba a kilómetros del apartamento donde se alojaba la familia McCan, teniendo sexo en su camioneta con una mujer dispuesta a respaldar su coartada.

Lo que le ocurrió a Maddie, como la llamaban cariñosamente los suyos, es aún un misterio. Un suceso sin esclarecer que llegó a poner en el candelero a sus propios padres, a los que se acusó de estar implicados y de suministrarle somníferos cuando salían a cenar, y que ahora podría estar cerca de resolverse.

Hay casos que permanecen en la memoria colectiva pese al paso del tiempo. El de Marta del Castillo es otro muy sonado. Una vez le pregunté al mediático psiquiatra forense Pepe Cabrera su opinión sobre el paradero de la joven sevillana, y si realmente creía que llegaría a encontrar su cuerpo. Su respuesta me marcó: «En España hay mucho monte para esconder cadáveres». Una máxima que evidencia que las investigaciones policiales a veces fallan. Ojalá esta acabe encauzándose.