María Jesús Jabato

Señales de vida

María Jesús Jabato


Luces en la sombra

04/12/2020

Esta tarde se encenderá la iluminación navideña, que viene precedida de ruido en las redes sociales porque el Ayuntamiento ha colgado en la calle Santander motivos que son la viva imagen de la morfología del coronavirus. Esto es estar a la altura de las circunstancias, y lo demás, pamplinas. Además de las víricas luces callejeras, la concejala de la cosa lumínica ha gastado cincuenta y cuatro mil euros en tres elementos decorativos para que el personal se haga a su vera fotos invernizas con gorro de lana y cara de diciembre, aunque cuantas más luces se enciendan, más se verá la tristeza que envuelve con su celofán cansado la fiesta de este año; no es para menos, con San José en la niebla laboral de la regulación de empleo, la Virgen viéndoselas y deseándoselas para llegar a fin de mes y el Niño en un sinvivir porque los Reyes Magos no tienen claro si emprenderán viaje.
La Navidad tiene su propia luz, que no es la luz chillona y globalizadora que enciende la concejala, pero este es otro cantar y estamos hablando aquí de las bombillas callejeras, de la fogata de la luz municipal, que es la del consumo, porque cuando se habla de salvar la Navidad, se habla de la economía con gorro de Papá Noel, del loco afán de que vuelva el pasado, que nos gustaba más que el presente, tan solitario, tan extraño, tan vacío. Las noticias dan cuenta de la extenuación de la hostelería, de la desesperada espera de los taxistas, del ocio obligado de los empleados sin empleo, del goteo de ausencias, del presente, en fin, con incierto futuro, ese futuro soleado y reidor que intuíamos el año pasado y que era esto, que eran estos días en vía muerta. 
Las luces callejeras pretenden iluminar el tradicional contento de diciembre, pero este año ha venido más sombrío, menos espacioso, embargado por la melancolía del ayer y por la nostalgia del mañana que ya se nos anuncia prometedor, florecido de vacunas y resurrecciones. Esta tarde se encenderán las bombillas que impedirán ver la noche enigmática y grave de este tiempo que tanto nos duele. Aunque la alegría de las lámparas municipales sea un trampantojo, una mentira, hágase la luz.

mariajesusjabato@mariajesusjabato.com