El caso de los mastuerzos (necios, torpes y majaderos) colegiales del Elías Ahuja, ha merecido amplia atención en los medios y todo tipo de calificativos, la mayor parte muy desfavorables. Desde luego que ser colegial de ese centro no calificará para futuras contrataciones. Se trata de una residencia de estudiantes de las caras, dirigida por padres agustinos. Hasta ahora no he escuchado que la histórica orden religiosa haya dicho esta boca es mía por lo ocurrido en su centro. Supongo que la procesión va por dentro y que los dirigentes de la orden tomarán medidas y reflexionarán acerca de los valores que inculpan a sus clientes. 

El director del centro, Manuel García Artiga (el padre Manolo) no ha aparecido en escena estos días para explicar qué exige y enseña a sus colegiales y cuáles pueden ser las causas de que salgan tan mastuerzos. La escenificación nocturna de la pasada semana estaba ensayada, orquestada, dicen que forma parte de una tradición… por tanto acción con premeditación y alevosía. No es un hecho casual, un estallido emotivo y descontrolado; todo lo contrario, se trata de algo preparado, con guion. 

Es poco creíble que el padre Manolo no estuviera al tanto del teatrillo de sus colegiales, lo cual hace más grave el caso porque si no se entera lo adecuado sería que la orden dedique al cofrade a otros menesteres alejados de la gestión de estos adolescentes crecidos, muy mal educados y descontrolados. Casi mejor sería que el tal Manolo estuviera al tanto y toleraba para no incomodar a los muchachos. 

Sea lo que sea lo que vaya a ocurrir (probablemente nada) sin que tenga que intervenir la fiscalía (o sí, porque hay materia) lo que cabría esperar de gente tan educada como los agustinos es una reforma radical del colegio, incluido su cierre temporal por reforma moral del mismo. De hecho, lo ocurrido revela un fallo moral, un pecado de los mortales, en el que ha incurrido la dirección del centro y sus superiores, ante el fracaso educativo de la cuadrilla de mastuerzos residentes por los que sus padres pagan una elevada mensualidad. Los papás tendrían que hacérselo mirar, ya que hijos tan poco recomendables son como para pensarse que han hecho de semejante personal.