Juan Ángel Gozalo

Plaza Mayor

Juan Ángel Gozalo


Cifras, letras y blanqueos

28/10/2021

La inicua operación para enjalbegar a Bildu y a todo ese renegrido y tenebroso movimiento filoetarra sigue en marcha desde la moción de censura a Rajoy y, lo más grave, impulsada desde La Moncloa, con un José Luis Rodríguez Zapatero convertido en servicial palafrenero de Pedro Sánchez y de Arnaldo Otegi. 

Diez años después de que la descabezada serpiente abandonara las armas y mudara camisa tenemos a un tipo, encausado por pertenencia a ETA, y a una nutrida cuadrilla de obscenos gobernantes y políticos de variopinto pelaje y condición fundando un lobby para avalar a etarras y filoterroristas como actores políticos normalizados, con label democrático a través de un relato torticero y de procesiones sabatinas con chirimías nacionalistas y secesionistas. Y todo ello ocurre sin que hayan hecho autocrítica sincera, entonado su mea culpa, pedido perdón a las víctimas y, además, cesado en organizar ongis etorris a terroristas con sangre en sus manos. Defender la equidistancia entre víctimas y verdugos es de una vileza supina.

Otegi -«un hombre de paz» [sic], según el expresidente Zapatero- en un perverso ejercicio de mercadeo se apropia de sus 200 terroristas presos y pretende canjearlos por presupuestos. Nada novedoso en la estrategia de los secuaces de ETA. Lo malo es que Sánchez, que necesita como agua de mayo el apoyo de Bildu para sacar adelante las cuentas de la lechera, no parece hacer excesivos ascos al chantaje, a pactar y retorcer la Constitución, el Código Penal o lo que se tercie… con tal de mantenerse en el poder. Precedentes hay, pero sería grave y repugnante que este caso las cifras acabaran en letras y el presidente mordiera otra manzana envenenada y acabara cohabitando con una víbora enjalbegada en su rehipotecado edén. 

La dignidad de las víctimas de la década del terror etarra -más de 800, nada menos- y la suya propia no se pueden vender por un puñado de votos ni de monedas.