Ignacio Fernández de Mata

Los Heterodoxos

Ignacio Fernández de Mata


Estado de guerra

30/10/2020

Me llena de estupor el nivel de inconsciencia colectivo que nos rodea, las pataletas absurdas de quienes se niegan a aceptar recortes a sus apetencias y caprichos, la ignorancia voluntaria de los que prefieren echarse al monte como primates vocingleros. ¿Qué no entendemos de ‘estado de excepción’, de estar en ‘riesgo extremo’?
Para boicotear al gobierno, algunos son capaces de esgrimir el lenguaje más belicoso posible, incluso con fraseologías predemocráticas. En fin, allá cada cual con sus principios y valores, con sus ardores vacíos que solo buscan el petardazo de los fuegos de artificio. Su ardor militarista y guerrero es de salón, exhibicionista, lleno de ínfulas momentáneas, pero ajeno a los auténticos valores castrenses: disciplina, sacrificio y entrega. El problema es que a quien boicotean es a la sociedad española.
Lo que estamos viviendo tiene más que ver con un tiempo de guerra que con nuevas normalidades. Abandonemos ya la absurda idea de poder seguir como si nada. Es una situación excepcional. Han muerto más 35.300 personas en España, y va en aumento. Superamos los 1,1 millones de infectados. ¿No son cifras para adoptar una mentalidad de lucha y resistencia, de sacrificio? No me imagino a los ingleses, sometidos al embargo y bombardeo nazi, quejarse a Churchill a ver si abren una hora más los pubs, o que permita ir a los parques de picnic. Estaban en guerra, jugándose la vida, la existencia como sociedad.
Esta es la guerra de nuestro tiempo. Puede que nos suene fatal, pero ¿cómo denominarla si no? Luchamos contra un virus asesino, un virus que se contagia de persona a persona: una irresponsabilidad individual puede ser la condena de otros. 
Así lo pidió Winston Churchill, el 13 de mayo de 1940, a través de la BBC: «No puedo ofrecer otra cosa más que sangre, esfuerzo, sudor y lágrimas. Tenemos ante nosotros una prueba de la especie más dolorosa. Tenemos ante nosotros muchos, muchos meses de lucha y sufrimiento. Se me pregunta: ¿cuál es nuestra política? Respondo que es librar la guerra por tierra, mar y aire. (…) Se me pregunta: ¿cuál es nuestro objetivo? Puedo contestar con una palabra. Es la victoria. La victoria a toda costa, la victoria a pesar de todos los terrores, la victoria, por largo y duro que pueda ser el camino, porque sin victoria no hay supervivencia». Esto es lo que toca.    losheterodoxos.blogspot.com