Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


La contrarreforma, amenazada

26/01/2022

Aquello que parecía que iba a ser un paseo militar tras el acuerdo entre Gobierno, sindicatos y patronales se ha convertido en un camino de espinas para la convalidación del decreto ley sobre los retoques a la reforma laboral del Ejecutivo de Mariano Rajoy. El propio acuerdo, en la línea de lo demandado por la Unión Europea, tendría que haber sido suficiente para que el trámite parlamentario hubiera sido eso, un trámite en el que la mayoría parlamentaria que apoya al Gobierno diera el visto bueno al pacto.  

El acuerdo para modificar el marco laboral fue posible porque responde a un ejercicio de pragmatismo en el que nadie ha quedado satisfecho: ni toda la patronal lo defiende -para el presidente de Cepyme, es "una pena"- y recibe presiones internas y del PP, ni los socios parlamentarios del Gobierno cejan en su empeño de introducir modificaciones que podrían romper el pacto ante la decisión inamovible de los firmantes de no cambiar ni una coma.   

Como a los políticos nacionales les gusta llegar hasta el borde del abismo para dar luego un paso atrás, lo más probable es que una parte suficiente de los socios acepte la decisión tripartita. No hacerlo sería dar una baza gratis al PP, que no está dispuesto a mostrar sentido de Estado tampoco en esta ocasión, aunque la autora de la reforma en su día, la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, no la vea con malos ojos.  

En estos días finales de la negociación, ante la votación de dentro de una semana se redoblan las negociaciones y al mismo tiempo las amenazas por parte de los socios que consideran que han sido ninguneados y sometidos al trágala de un plato de lentejas -si quieres la comes y si no, las dejas-, mientras que, desde Ciudadanos, -aquel partido que se consideraba un invento del Ibex 35- están dispuestos a sacar al Gobierno del apuro. Una oferta que a nadie se escapa que es la última posibilidad para tratar de relanzar el proyecto y demostrar su utilidad ante las negras perspectivas electorales que se le vaticinan.  

Pero su apoyo 'gratis total' si no se mueve ni una coma, es contraproducente para toda la izquierda, para Unidas Podemos que busca la aquiescencia de los socios de investidura, sobre todo de ERC, y en especial para el PNV, enemigo declarado del partido naranja y cuyas advertencias es necesario tomar en serio porque lo mismo aprueba unos Presupuestos Generales que una semana después vota una moción de censura si beneficia sus intereses particulares.  

Las amenazas tanto desde dentro de Unidas Podemos, por boca del secretario general del PCE y secretario de Estado de Agenda 2030, como las del PNV, van en la dirección de subrayar que tras este paso. Si es el partido de Inés Arrimadas quien facilita la aprobación de la reforma de la reforma laboral, la legislatura "quedaría hipotecada" –Enrique de Santiago- y la relación entre los socios "enrarecida" –Andoni Ortuzar-. "Pan para hoy, hambre para mañana", en el román paladino de Joan Baldoví.  

Para el Gobierno, su debilidad es su fortaleza, porque salvo para el PNV y EH Bildu, y a tenor de la sensación de cambio de ciclo actual, una convocatoria electoral adelantada solo serviría para perjudicar las expectativas electorales y políticas de los socios Frankenstein, sin posibilidad de revertir esa situación si la economía mejora.

ARCHIVADO EN: Reforma laboral