René Payo

Del Ayer al Hoy

René Payo


Hacia una gran Semana Santa

05/04/2022

Entramos en la recta final de la Cuaresma, que culminará el próximo domingo con el inicio de la Semana Santa, que para Burgos tendrá este año una especial significación, ya que será retransmitida por Televisión Española el Viernes Santo, día grande de estas celebraciones. Sin duda, este hecho supone una gran responsabilidad, tras dos años de ausencia de procesiones en toda España, para todos aquellos que con generoso desprendimiento se hallan en la base de las preparaciones de este acontecimiento. Mujeres y hombres que de forma anónima se entregan -a veces gracias a su fe y en otras ocasiones merced al sentimiento de fidelidad a unas tradiciones- a la organización de unos actos a veces multiseculares, transmitidos de generación en generación, y que llegan hoy a nosotros cargados de nuevos bríos a pesar de la secularización creciente. Hace unos lustros hubiera dicho que la Semana Santa burgalesa estaba herida de muerte, pero hoy he de confesar que creo que se encuentra en uno de sus mejores momentos, gracias a las reactivadas hermandades penitenciales, a una dinámica Junta de Cofradías y al apoyo de instituciones civiles que sin complejos ven en estos acontecimientos una de nuestras señas de identidad colectiva.

En el renovado ánimo que impulsa a nuestra Semana Santa no faltan intentos de adecuación y puesta al día. Quizá sea en esto donde podamos caer en errores que nos alejen de nuestras auténticas esencias. Lejos de mirar de reojo a otras ciudades, debemos profundizar en nuestras tradiciones y no ponernos como modelo las celebraciones de otros por atractivas que parezcan. En nuestra provincia tenemos algunos ejemplos que se han conservado casi intactos como restos de un patrimonio inmaterial que es necesario proteger y mantener. Recuerden, por ejemplo, casos como los de Sotillo de la Ribera o Roa de Duero, estudiados y puestos como perfecto ejemplo por muchos etnógrafos de pervivencias de los siglos XVII y XVIII. Este año, con la enorme responsabilidad de tener los ojos de toda España volcados sobre nuestra ciudad, debe ser un punto de inflexión para la Semana Santa burgalesa en ese camino de mejora en busca de sus valores particulares y señas de identidad que le permitan el ansiado reconocimiento a nivel internacional.