Estamos perplejos también nosotros, todos los castellano y leoneses, señor Igea. Y lo estamos porque la Junta no está haciendo bien todos sus deberes. No podemos fiar solo en el estado de alarma ni en el toque de queda para acabar con esta pandemia que está poniendo en jaque también el sistema sanitario. Es verdad que ante la irresponsabilidad y falta de civismo de una parte de la ciudadanía hay que tomar medidas extremas para hacer cumplir las órdenes de confinamiento y otras que efectivamente limitan derechos fundamentales, pero ahí está solo una parte a la solución de este grave problema. El remedio no es fácil y cada administración, también la central, tiene que asumir sus responsabilidades y competencias. Además de las restricciones de movilidad, disposiciones higiénico-sanitarias, limitaciones de aforos, prohibiciones de botellones... son urgentes otras muchas medidas. 
Es perentorio reforzar con la contratación de más médicos y sanitarios la asistencia primaria. No hay peor medicina para un enfermo que el desamparo. Por teléfono, bien lo saben los gestores sanitarios, no se cura. Hay que sacar partidas presupuestarias debajo de las piedras para aumentar las plantillas también en atención especializada y atender a todos esos pacientes que esperan y desesperan en kilométricas listas… Y, en definitiva, aumentar infraestructuras y equipamientos hospitalarios. Tenemos, sin duda, más capacidad de camas covid en planta y en la UCI, pero seguimos sin los médicos y sanitarios necesarios. Reclutarlos de otros servicios no sirve. Supone vestir a un santo desnudando a otro y en la sanidad pública está haciendo mucho frío. 
Tampoco contamos con los rastreadores necesarios y el número de pruebas PCR está muy por debajo de las convenientes para localizar y después controlar los desbocados brotes. Perdone que me ponga un poco belicoso, pero hasta el peor estratega sabe que cuando las defensas están en peligro y el asedio del enemigo se complica hay que buscar tropas de refresco, pertrecharlas bien y colocarlas en las posiciones más necesarias… En fin, pónganse las pilas y dejen de mirar a Madrid y derivar responsabilidades al Gobierno de Sánchez, que está haciendo, sea dicho de paso, una pésima gestión de la pandemia. No hay sueros de fierabrás, solo el compromiso y la determinación de políticos y ciudadanía harán posible ganar la batalla contra el virus.