Si es usted de hacer apuestas, es probable que a estas alturas haya perdido ya todo su dinero. Hace algún tiempo que el mundo se mueve al revés, que el guión de la película ha tomado tintes del todo surrealistas.  No hay más que echar la vista atrás para observar que la vida se acerca peligrosamente a la ficción. ¿Le parece que exagero? Déjeme que le cuente.
¿Hubiera apostado a que iba a salir adelante un referéndum para que Gran Bretaña se fuera de la Unión Europea? ¿Se hubiera imaginado a un personaje como Donald Trump al frente de uno de los países más poderosos del mundo? De estos resultados inverosímiles han transcurrido ya cuatro años y la historia no ha hecho más que enrevesarse todavía más. ¿Predijo en algún momento una pantomima de acto de independencia como la que protagonizó Carles Puigdemont en 2017? ¿Se imaginó que poco después se daría a la fuga y se refugiaría en Bélgica? De película.
Por no hablar de las elecciones. Últimamente, salimos a una por año por la ineptitud de nuestros políticos y los españoles vamos a votar como corderitos a las urnas. Menos mal que Pablo Casado ha puesto algo de cordura y ha frenado la moción de censura de Vox. Ya me veía recibiendo los sobres de campaña estas Navidades. Por si todo este despropósito no fuera suficiente, llega 2020 con un virus desconocido que está creando el pánico en todo el mundo, como si fuera el último capítulo de una serie apocalíptica. Para rematarlo, va una científica china y asegura que es un arma biológica. No me cabe duda de que el mundo se ha vuelto loco.
Por lo menos, todavía nos queda el deporte y el Hereda San Pablo abrazó esa locura para proclamarse campeón de Europa. Todo suena a disparate, como la inminente marcha de Messi del Barça, pero es la realidad que no deja de sorprendernos. ¿Qué será lo siguiente? ¿Que el Atlético gane la Champions?