Para nada creo que las generaciones actuales vivan peor que antes.  Por el contrario, pienso que cualquier tiempo pasado fue peor.  La Navidad de años anteriores fue peor, sin duda. Es una opinión. Las opiniones son como los traseros... cada uno tenemos el nuestro.

Sí pienso que es posible que las personas o las familias o la sociedad pasan por mejores o peores circunstancias, pero el futuro está por escribir. Las obras de las aceras en la calle San Francisco sobrepasarán las fiestas de Navidad, incluso llegará la cuesta de enero y seguiremos esquivando bordes y baches.  Vamos a pensar que el resultado final mejore la situación de esta calle desde el comienzo de las obras. Lo digo porque había zonas que estaban relativamente bien. Acaso, en ocasiones, es mejor reparar las cosas poco a poco, en lugar de renovarlas por completo y de una sola vez. Con el coste que ello supone. En este caso, también, el futuro está por hacer.

Por cierto, a ver si el paso de cebra situado frente al bar San Francisco es posible retrasarlo diez o veinte metros más abajo. Varios vecinos tuvieron malas experiencias con los coches que salen de la rotonda de la plaza de toros y entran en la calle como los misiles rusos hacia Ucrania. Uno de ellos acabó en el hospital este verano. El vehículo no paró. Además, hay una norma que regula la colocación de pasos de peatones junto a rotondas que en esta vía no se está cumpliendo. Y aunque no la hubiera, lo sucedido exige tomar medidas para la seguridad vial.

Lo dicho. La Navidad será mejor este año. Cada vez más la recordamos por nuestra infancia. Sin duda que estas fiestas son para los niños y para las tarjetas de crédito. Cualquier tiempo pasado fue peor. Si a mi abuelo, que nació en 1900, le dicen que metiendo un trocito de plástico en una pared sale dinero por una ranura, hubiera dicho que estábamos locos. Feliz Navidad. Próspero 2023.