Ignacio Camarero

Dibujos de Ciudad

Ignacio Camarero


Manteniendo el sitio...

18/01/2021

Emma Stone promocionando perfume en el dos mil diecinueve. Pongamos que Coeur Battant de Louis Vuitton. Kate Moss y Jamie Bochert haciendo lo propio con la ropa de Saint Laurent en el dos mil diecisiete. Ermenegildo Zegna publicitando su fragancia masculina Uomo en el dos mil catorce. Incluso Brigitte Bardot protagonizando El desprecio de Jean-Luc Godard en el sesenta y tres. No lo duden. No se pierdan los tres primeros vídeos. Acudan a Google. Son deliciosos. Incluso la película. Al menos en lo que compete a lo invisible. Lo que nunca destaca. Y no hablo del fondo de la imagen. El Mediterráneo es aún más bello en el poniente de la isla de Capri. Ni tan siquiera señalo a la naturaleza. Punta Massullo. Los acantilados kársticos plagados de sirenas de los que escribió Virgilio en su Eneida. Y los que salen en televisión. Ya saben. Chico. Chica. Calzoncillos blancos. Bikini blanco. Un picado perfecto. Una barca. Y el medio culo mojado del modelo que acaba censurando una claqueta de Dolce Gabbana. Me refiero al lugar. Porque las cuatro historias comparten tectónica. En Punta Massullo una escalera estrecha apenas ensancha cuando conquista el final del farallón. Y una vivienda habita debajo. Es la casa Malaparte. Una construcción del treinta y siete que se esconde, y a la vez se asoma entre el paisaje escarpado. La arquitectura que se hace perfecta. Del mismo modo que lo hace el trabajo de un árbitro de fútbol. Pasando desapercibidos. Porque nadie recuerda quién o qué. Esta semana ha ocurrido en Burgos con la nieve. Diez o doce centímetros. No más. Y una ola de frío no tan severa como la de Madrid o Castilla La Mancha. Pero no se engañen. Otros tiempos, y otros pre senadores, han dejado coches en la cuneta de la cuesta de Cortes con menos de la mitad de lo que cayó el fin de semana anterior. Puede que Filomena no haya pasado por aquí. Es posible. Y que nuestras calzadas de asfalto supuren sal de súbito. En las noches de Enero. Al alcanzar los menos siete. Pero no lo creo. Me inclino a pensar que la ciudad ha funcionado. Gracias al trabajo quedo. Y a una eficaz gestión municipal. Discreta. Silenciosa. También elegante. Como la casa Malaparte en un anuncio de Kate Moss. Manteniendo el sitio...