Vladimir V. Laredo

Petisoperías

Vladimir V. Laredo


Todo molesta

13/07/2022

Algo que me ha enseñado esta ciudad en los treinta y cinco años que llevo viviendo en ella es que, a la larga, y en cualquier parte, todo molesta. Muchas veces no se dice por no ser el cabeza de turco, para no darse a conocer, pero se piensa. Otras veces se expresa de manera vehemente, con manifestaciones y algaradas, para que quede constancia. Y al final, tanto los que sí lo expresan como los que no, también molestan.

Si se hace un festival de música electrónica fuera del casco urbano, molesta. Si se ponen las barracas en la 'Zona A' o en la 'Zona B', molestan a alguien. Si hay que hacer una media maratón, una actividad ciclista o una batucada por el motivo que se les ocurra, alguien va a decir que le parece mal.

Ponemos excusas, peregrinas o no, en las que apoyar nuestra opinión. Que si el descanso, que si el trabajo, que si así no se puede uno mover libremente por la ciudad, que si la gente mayor sufre, que si los niños ven interrumpido su descanso, que si los animales lo pasan mal con según qué actividades. Si nos ponemos en la piel del 'doliente', lo comprendemos. Si nos ponemos en los zapatos del 'disfrutante', igual no tanto. Hubo un tiempo en que esta columna que usted lee parecía abonada al 'molestismo', convirtiéndome a mí mismo en una especie de Don Cicuta autóctono.

Escribo esta columna en la madrugada del sábado al domingo, mientras atraviesan mi ventana, mi persiana, mi cortina, mis tímpanos y mi cerebro los alaridos y guitarreos varios del Festival Zurbarán Rock, festival local de música heavy que se celebró este fin de semana en San Agustín. Y me molesta, sí. Pero no por mis queridos melenudos vociferantes, sino porque preferiría que fuera de un género musical más apegado a mí, que me gustase, que lo disfrutara 'a full, y así, seguramente, molestaría 'a otros, y así hasta el infinito.

Es fácil decir que todo nos molesta, pero hay que asumir que lo contrario, hacer solo cosas que no molesten a nadie, amén de imposible, nos abocaría a convertirnos en una ciudad triste y desangelada. Larga vida al Zurbarán y larga vida al rock, pero propongo que, el año que viene, todo lo molestoso lo pongan en el aeropuerto. Que así igual hasta sirve para algo y todo.
     @VladimirConV